El agua desciende como río inundando las vías del lugar en medio de la oscuridad por falta de luz.
La Paz, 20 de febrero de 2024 (AEP).- Cada vez que llueve, el agua desciende como ríos caudalosos y en algunos sectores de la feria de la Alasita se forman lagos en medio de los puestos de los artesanos. Por las noches, varias vías se quedan en penumbras y el campo ferial no tiene rampas para personas con discapacidad. Los comerciantes reclaman que en esta gestión no se hizo ningún tipo de mejora.
“La Alasita, Patrimonio de la Humanidad, necesita de manera urgente mayor atención por parte del ejecutivo edil. A la par, los expositores requieren de promoción para que tenga afluencia de visitantes hasta el 3 de marzo, cuando se haga el remate”, declaró el concejal Javier Escalier.
Saúl Vargas, secretario general del sector Decanos de la tradicional feria, dijo que todo se vuelve un río cada vez que llueve. “Los artesanos se ponen maderas debajo de sus puestos para no ser afectados y, aunque parezca que estamos en bajada, hay determinados lugares donde se junta el agua y se forman lagos que son intransitables”.
La Alasita se inauguró el 24 de enero en el campo ferial del Parque Urbano Central (PUC) y reúne a más de cinco mil artesanos distribuidos en 66 asociaciones, y el dirigente advirtió que este año no se hizo ningún tipo de mejora en el campo ferial. Según Vargas, la Alcaldía gastó todo el presupuesto en la reparación de la bóveda del río Choqueyapu.
“En años anteriores se arreglaban varios lugares; llegamos a construir muros de contención y otras mejoras pero en esta gestión no se hizo absolutamente nada. Pedimos que se hagan estos arreglos, que parecen mínimos, pero generan un cambio importante y dan mucha más comodidad al visitante”, afirmó.
Cuando no llueve, la vía principal también está mojada; según el dirigente esto se debe a que las lavanderías no tienen un sistema de drenaje y toda el agua que se usa para limpiar ollas y demás se escurre por todo lado.
El campo ferial sufre de varios hundimientos, huecos y no cuenta con rampas para que las personas con discapacidad puedan pasear. “Una señora que venía a visitarnos en silla de ruedas se volteó porque una rueda entró a uno de estos huecos. Tampoco contamos con rampas que faciliten la circulación. Muchas calles terminan en gradas, lo que dificulta el paso”, afirmó.