La tarde del lunes arribó a La Paz una aeronave con 66.000 litros de aceite Sabor Casero, refinado y envasado en la estatal Planta de Transformación de Subproductos de Soya de San Julián. En los siguientes días este y otros embarques se distribuirán en el país, precisamente cuando hay escasez y especulación en los precios de este producto. Es, a todas luces, una muestra de la idoneidad y viabilidad de la industrialización como solución de larga data para la seguridad alimentaria.
Hoy sucede con el aceite comestible lo que también se dio hace poco con el arroz, el maíz y otros granos y cereales esenciales: al tratarse de productos e insumos clave, el Estado lleva adelante diversos mecanismos para asegurar su procesamiento, abastecimiento y comercialización a precios justos.
Entre las políticas centrales del Gobierno nacional hay dos piedras angulares para sustentar la seguridad alimentaria: 1) industrialización: la mayoría de las 170 plantas que se implementan en todo el país son para transformar y darle valor agregado a productos agropecuarios; 2) producción: desde 2020 se lanzaron 17 programas nacionales para el sector, que van desde apoyo en infraestructura: pozos, sistemas de riego, presas, hasta subvención de insumos (maíz para avícolas y porcinocultores; harina para panificadores, etc.), pasando por seguro agrario y dotación de semillas y fertilizantes.
En el caso concreto del aceite, que escasea y sube de precio periódicamente fruto de la angurria de algunos intermediarios y comerciantes que lo ocultan para especular o lo destinan al contrabando a la inversa, la factoría de San Julián es una solución inmediata, pero a la vez estructural: ya tiene almacenadas 150 toneladas de aceite refinado; se espera producir 500 t este mes y desde julio se llegará a la capacidad plena de 1.000 t/mes. Luego del embarque inicial a La Paz, se espera el reparto en varias regiones del país, en las que se venderá —a través de las más de 100 tiendas de Emapa y en ferias móviles organizadas por esta empresa— a Bs 13 el litro a granel y a Bs 14 el envase de 1 litro.
La planta tiene capacidad para producir 60.000 t de aceite comestible por año, lo que cubre tres cuartas partes de la demanda nacional de 80.000 t/año. Pero su campo de acción va mucho más allá: tiene ocho silos de almacenaje con una capacidad de 48.000 t. Procesará 1.000 t/día de grano para producir torta y aceite de soya; 330.000 t/año de torta de soya, para abastecer al 74 % de la demanda nacional; 16.500 t/año de cascarilla de soya (para el sector lechero); y 57.750 t/año de aceite crudo.
Además de asegurar el suministro de aceite, sin por ello afectar a las industrias privadas, el megacomplejo industrial proveerá de otros dos productos de alta importancia e impacto: soya para alimento balanceado (para fortalecer la seguridad alimentaria) y aceite crudo para la industria de los biocombustibles (para apuntalar la seguridad energética).