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Agua para La Paz, El Alto y Viacha

El rápido deshielo de los glaciares ha traído consigo la carencia futura de agua para las ciudades andinas de La Paz, El Alto y Viacha. Las tres urbes, una a 3.600 y las otras a 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, han gozado por siglos de envidiables niveles de lluvias anuales, pero el cambio climático ha acabado con la bonanza.

Para los expertos es difícil imaginar a esas tres ciudades enclavadas entre macizos de hielo sufriendo en el futuro por el desabastecimiento de agua potable. Pero eso es lo que enfrentarán más de dos millones y medio de personas si a corto plazo no se toman medidas preventivas.

Para evitar futuras emergencias por falta del líquido elemento, como ocurrió en 2016 y 2017 en La Paz, el Gobierno nacional garantizó una inversión superior a $us 130 millones en la construcción de represas para La Paz, El Alto y Viacha, con reservas de 34,59 hectómetros cúbicos.

La construcción de las represas de Chacaltaya, Pampalarama, Alpaquita y Hampaturi Alto garantizan la provisión de agua a la población de los tres municipios más poblados del departamento de La Paz.

En el marco de la inversión del Gobierno nacional para las tres urbes, se contempla también el desarrollo del megaproyecto multipropósito que brindará un caudal de aproximadamente 500 litros por segundo, en su primera fase, y unos 1.000 litros por segundo en su fase conclusiva.

El Programa Multipropósito de Agua y Riego, que entrará en operaciones en 2024, beneficiará de manera directa a los municipios de Pucarani, Batallas y El Alto, y también a la ciudad de La Paz.

Lo que ocurrió con el Chacaltaya, que perdió por completo su enorme manto de hielo, puede ser un símbolo de lo que están experimentando los pequeños glaciares andinos.

Varias mediciones muestran que el área de los 15 glaciares originales de la cordillera se ha reducido en más de un tercio, y cinco pequeños glaciares pueden haber desaparecido casi por completo.

Al fenómeno del cambio climático, que ha traído el deshielo de glaciares y periodos prolongados de sequía, se agregan el explosivo crecimiento poblacional, la escasez de agua proveniente del subsuelo y las filtraciones.

La Organización de las Naciones Unidas señala que cada persona necesita un mínimo de 50 litros diarios para beber, bañarse, cocinar y otros menesteres.

Las previsiones del gobierno socialista son más que oportunas.


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