En medio de un entorno global de incertidumbre económica, Bolivia ha logrado consolidar su estabilidad financiera y mantener un manejo responsable de su deuda externa.
Pese a las críticas infundadas de ciertos sectores, los datos presentados por el presidente Luis Arce revelan una sólida gestión económica que merece ser destacada.
Uno de los principales indicadores de esta solidez es la reducción de la deuda externa de mediano y largo plazo respecto al Producto Interno Bruto (PIB).
Según las cifras oficiales, esta relación descendió del 33% en 2020 al 26,9% en abril de 2024, lo que demuestra una tendencia decreciente que contrasta con los pronósticos pesimistas de algunos analistas.
El mandatario boliviano ha sido contundente al enfrentar las acusaciones de supuesto sobreendeudamiento. Recordó que en 2005, durante el gobierno anterior, la deuda externa representaba un alarmante 52% del PIB, una situación que pasó desapercibida para los mismos críticos que hoy levantan voces de preocupación.
Arce destacó que gracias al Modelo Económico Social Comunitario y Productivo, implementado a partir de 2006, la relación deuda-PIB se redujo drásticamente y alcanzó niveles tan bajos como el 14,5% en 2015. Incluso antes del golpe de Estado de 2019, esta cifra se mantenía en un saludable 27,4%, muy por debajo del umbral del 40% establecido por organismos internacionales.
Sin embargo, pese a estos logros tangibles, un grupo de legisladores opositores ha bloqueado en el Legislativo la aprobación de créditos por más de 900 millones de dólares destinados a obras públicas desde 2023. Esta obstrucción política impide que estos recursos sean canalizados hacia proyectos de desarrollo económico, social e infraestructura productiva, lo cual pone en riesgo el avance del país.
Ante esta situación, el gobierno de Arce ha mantenido una postura responsable y transparente, y ha demostrado su compromiso con la disciplina fiscal y el manejo prudente de las finanzas públicas.
Los indicadores macroeconómicos respaldan la solidez de la economía boliviana, la cual ha logrado superar crisis externas gracias a políticas acertadas.
Mientras algunos sectores insisten en difundir críticas infundadas, Bolivia consolida su estabilidad económica y demuestra que el camino emprendido es el correcto. El desafío ahora es superar las trabas políticas que obstaculizan el progreso, para así seguir impulsando el desarrollo y el bienestar de todos los bolivianos.