Una muestra de lo que se puede lograr con un trabajo conjunto entre el Gobierno y los sectores productivos.
Tras 24 años de labor incesante, Bolivia logró un hito para el rubro pecuario con el reconocimiento internacional como país libre de fiebre aftosa sin vacunación, en la 92ª sesión general de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Con ello, se ratifica y se fortalece la competitividad de la ganadería boliviana y se abren las puertas para acceder a más mercados para los productos de origen animal.
El presidente Luis Arce celebró este logro y señaló que es otro paso importante para la producción pecuaria, comprometiendo su respaldo para brindar herramientas que potencien al rubro bajo la bandera de la seguridad y la soberanía alimentaria. Mientras la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) destacó este avance trascendental que es fruto de la alianza entre los sectores público y privado, del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y el sistema productivo ganadero.
Todo comenzó en junio de 2001 con el Programa Nacional de Erradicación de Fiebre Aftosa (Pronefa) establecido por la Ley 2215, que declaró como de interés y prioridad nacional este plan en el cual se invirtió cerca de $us 350 millones que beneficiaron a 200.000 productores pecuarios dueños de millones de cabezas de ganado de diferentes especies. Este reconocimiento implica que Bolivia controló la enfermedad sin depender de la vacunación del ganado, lo que aminora los costos y mejora la competitividad.
El gobierno de Arce ha impulsado el desarrollo de este rubro, lo que se traduce en sus ventas al extranjero. El año pasado, en cuanto al valor, las exportaciones de carne de res y sus derivados llegaron a un récord de $us 245,7 millones, un alza del 24% con relación a los datos de 2024, cuando ascendieron a $us 198,5 millones. Más todavía, estos ingresos tuvieron una flecha ascendente en las tres gestiones anteriores: en 2021 con $us 102 millones, en 2022 con $us 187 millones y en 2023 con $us 199 millones.
Esta producción va a 17 países —el 67% a China— y se continúa con la política para una mayor apertura de mercados, con los trámites para la comercialización de carne bovina a Chile y Egipto, y la inclusión de Bolivia en el Mercado Común del Sur (Mercosur) —que abre las puertas de un mercado de 300 millones de personas en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay— y en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), un bloque con 36,7% del PIB mundial que tiene 3.500 millones de potenciales compradores.
El camino se halla pavimentado para que el trabajo entre el Gobierno y los productores siga dando resultados y oportunidades con una certificación que solo Brasil tenía en la región, mediante la definición de una estrategia nacional que no solo consiga nuevos mercados para los productos bolivianos de origen animal, sino ingresos para el Estado en beneficio de la población, en momentos en que la economía requiere del esfuerzo conjunto de todos para salir a flote pese a las adversidades externas y el boicot interno.
AEP