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La minería, pilar de la economía

En un contexto económico complejo, debido al boicot de la derecha y el evismo (bloqueo en la ALP, especulación), no se debe perder de vista los mecanismos de largo plazo –las llamadas soluciones estructurales– que el Gobierno nacional implementa ya desde sus primeros días de gestión, en una muestra clara de previsión y proyección.

Hay dos ejes capitales que serán los cimientos de la economía boliviana a mediano y largo plazo: 1) la reactivación del upstream que permitirá recuperar y acrecentar las reservas de hidrocarburos, estrategia de que va de la mano con la producción de biocombustibles, que generarán un gran ahorro en la importación de diésel y gasolina, y sobre todo en la subvención; y 2) la industrialización con sustitución de importaciones: se dejará de gastar miles de millones de dólares en comprar productos e insumos que se procesarán en las 170 plantas industriales.

Pero no se debe dejar de lado la que podría ser, a futuro, la tercera piedra angular de unas finanzas sólidas y de amplio espectro: la minería. Valga remarcar que, a más de ser un país gasífero, nunca dejamos de ser una nación minera.

El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, sostuvo en recientes declaraciones a los medios que los buenos precios de los minerales –que ya tienen una tendencia sostenida de varios años– vislumbran ser un “factor central en el ingreso de divisas en los próximos meses”. Baste un repaso sucinto para comprobar esta realidad. Los precios de los principales minerales de exportación aumentaron su cotización hasta en 35 % entre marzo de 2024 y marzo de 2025. El zinc y la plata lideran con auspiciosos rendimientos y perspectivas: a febrero de este año, las ventas tuvieron incrementos del 26 % y 65 %, respectivamente, con relación al mismo periodo de la gestión pasada. Esto va de la mano con una emergente productividad de las grandes empresas dependientes de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol). Colquiri elevó su producción de concentrados de estaño de 3.737 toneladas en 2023 a 3.948 t en 2024 (6 %) y la Empresa Metalúrgica Vinto procesó 12.684 t de estaño en 2024, un 26 % más que en 2023. Estos repuntes se expresan en más tributos: el rubro minero aportó Bs 931 millones hasta abril, un alza de 119,9 % respecto a abril de 2023.

Vale enfatizar además que, en lo que va de la gestión del Gobierno, la minería cobró un fuerte realce con dos proyectos estratégicos: 1) el Mutún: se reactivó, recondujo y concluyó la construcción del megacomplejo de acero de Puerto Suárez, para aprovechar al máximo la enorme cantera de hierro; 2) zinc: se concretó la construcción de la planta refinadora en Oruro y se avanza en una similar en Potosí. De esta manera, se garantiza un valor agregado a la producción de este mineral altamente demandado.

Bolivia se prepara para retomar su sitial de potencia minera regional. El gran avance, respecto a décadas pasadas, es que ahora ya no solo se produce y exporta mineral en bruto, sino que se aprovecha las capacidades industriales y de transformación.


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