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Cuando la emergencia llama, el Gobierno responde

Los desastres naturales que en los últimos días golpearon a Samaipata han puesto a prueba la capacidad de reacción del Estado boliviano ante emergencias que afectan directamente a nuestras familias y nuestras comunidades. En medio de la incertidumbre, de la angustia de quienes vieron sus hogares y medios de vida amenazados por las inclemencias del tiempo, el gobierno del presidente Rodrigo Paz encaró la situación con acciones coordinadas y efectivas.

Desde el primer momento, la respuesta no se limitó a declaraciones. El Gobierno actuó con la urgencia que la situación exigía, articulando un trabajo conjunto del Ejecutivo con la participación de los ministerios de Gobierno, de Defensa, de Obras Públicas y de la Presidencia. Esta coordinación interinstitucional permitió una reacción temprana, ordenada y orientada a reducir los riesgos inmediatos, proteger la integridad de los habitantes y encaminar los primeros esfuerzos de reconstrucción.

Con la misma rapidez se gestionaron recursos que ascienden a $us 380 mil, destinados a brindar ayuda humanitaria a las familias afectadas. En un contexto de emergencia, cada hora cuenta, y garantizar recursos para alimentación, refugio, abrigo y primeros auxilios es fundamental para que la población no solo resista el impacto inicial, sino que pueda también recuperar la esperanza de reconstruir lo perdido.

La coordinación con las autoridades subnacionales también fue decisiva. En diálogo con el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, se conformó una comisión especial para atender la emergencia de manera integral y sostenida. Cuando se trata de defender la vida y el bienestar de la población, la política debe dar paso al sentido de responsabilidad compartida y ese espíritu de cooperación es el que hoy permite avanzar en soluciones concretas para Samaipata.

En una muestra de compromiso y respaldo a la región, el presidente Rodrigo Paz visitó personalmente las zonas afectadas. Este no fue solo un acto simbólico; fue la reafirmación del principio que guía su gestión: “estar, escuchar y actuar”, y de la convicción de que un mandatario debe conocer de primera mano las necesidades de su pueblo.

El sobrevuelo presidencial por las áreas dañadas permitió evaluar con precisión el alcance del desastre y orientar, con información directa, las tareas de intervención y reconstrucción.

En momentos como este, la población necesita saber que no está sola. La rápida movilización de equipos, la asignación de recursos, la colaboración entre niveles de gobierno y la presencia efectiva del Presidente transmiten un mensaje claro: el Estado está junto a su pueblo.

La respuesta a esta emergencia aún continúa y los desafíos de la reconstrucción demandarán tiempo, esfuerzo y constancia. Pero lo ocurrido en Samaipata deja una certeza: cuando el Gobierno actúa de inmediato, cuando escucha y trabaja en el terreno, cuando prioriza a la gente por encima de cualquier otra consideración, Bolivia avanza hacia un Estado más cercano, más humano y más comprometido con su gente.


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