La irrupción de la Policía ecuatoriana en la Embajada de México en Quito para secuestrar al exvicepresidente Jorge Glas, quien gozaba de asilo político, constituye una flagrante violación de las normas del derecho internacional y un atropello inaceptable contra la inviolabilidad diplomática.
Tal y como lo establecen claramente los postulados de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, los locales de una misión diplomática son inviolables y los agentes del Estado receptor no pueden penetrar en ellos sin el consentimiento expreso de la máxima autoridad de esa representación.
Sin embargo, las fuerzas ecuatorianas desconocieron este principio básico y arremetieron brutalmente contra la Embajada mexicana.
Este lamentable hecho no solo constituye un grave atropello a la soberanía y el prestigio de México, sino que además sienta un peligroso precedente de injerencia y atropello a la diplomacia en la región.
De acá en adelante, ninguna legación extranjera en Ecuador podrá sentirse a salvo de ser violada por la fuerza, lo cual pone en riesgo el sistema de convivencia pacífica entre Estados.
Por ello, resulta sumamente pertinente y oportuna la posición asumida por el presidente Luis Arce, quien se comunicó de inmediato con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para expresarle la solidaridad del Estado boliviano ante esta afrenta.
Esperamos que en las instancias multilaterales se tomen decisiones contundentes para evitar que estos lamentables hechos se repitan en el futuro y se reafirme el carácter inviolable de las sedes diplomáticas y el respeto al derecho de asilo, principios fundamentales de la tradición latinoamericana que no pueden ser conculcados so pretexto de circunstancias políticas.
Bolivia reitera su firme rechazo a este atropello y llama a la comunidad internacional a alzar su voz en defensa de la diplomacia y las normas que rigen la convivencia pacífica entre Estados.
No podemos permitir que se transgredan principios esenciales del derecho internacional que son piedra angular de la estabilidad y el entendimiento entre las naciones.
Es importante también que se emprendan acciones para que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expida medidas cautelares en favor de Glas, cuyo derecho al asilo fue violado de manera bárbara.