La caída de Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia marcó un momento muy importante en la historia política del país. En octubre de 2003, luego de una serie de protestas y conflictos sociales relacionados principalmente con la propuesta de exportación de gas natural a Estados Unidos a través de un puerto chileno, Sánchez de Lozada renunció a la presidencia y huyó del país.
El periodo de Sánchez de Lozada se caracterizó por políticas económicas de corte neoliberal, que incluyeron la privatización de empresas estratégicas estatales —en hidrocarburos, energía, telecomunicaciones transporte—y el sometimiento de la Casa Blanca.
Estas políticas generaron descontento en amplios sectores de la población, especialmente en las zonas rurales y entre los movimientos campesinos, indígenas y sindicales.
La renuncia de Sánchez de Lozada marcó el fin de los partidos políticos de corte tradicional que habían gobernado el país hasta 2005.
Después de su salida, los movimientos sociales tomaron el mando de la nación, aplicaron políticas de izquierda y un enfoque más nacionalista y redistributivo en la economía.
El Movimiento Al Socialismo (MAS) se consolidó como la principal fuerza política en Bolivia. En 2029, sin embargo, Jeanine Añez asumió la presidencia después de un golpe de Estado y dos masacres de civiles desarmados en El Alto y Sacaba.
El régimen, ahogado en corrupción y sangre, convocó a elecciones generales en las que Luis Arce, del MAS, fue elegido presidente en 2020.
La llegada del prestigioso economista al poder marcó un retorno no sólo del Movimiento Al Socialismo al gobierno, sino también se integraron a la conducción del Estado organizaciones sociales indígenas, campesinas, originarias y sindicales.
La administración de Arce aplicó, desde el inicio de su gestión, políticas de izquierda con un enfoque en la justicia social.
En el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, de su autoría, la inversión pública juega un rol fundamental para dinamizar la economía, tanto como preservar la calidad de vida de la población más vulnerable.
La gestión socialista de Luis Arce está marcada por la recuperación de la economía, la estabilidad y la industrialización.
