El Bono Juancito Pinto, un ejemplo claro de las políticas sociales y económicas aplicadas en el Estado Plurinacional de Bolivia para mitigar la extrema pobreza y, en este caso particular, combatir la deserción escolar, volverá a inyectar, a partir de hoy, un incentivo en más de 2 millones de estudiantes de todo el país para que continúen con su proceso formativo, garantizando de esta manera su derecho a la educación.
Este programa de transferencias monetarias, enmarcado en el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, que tiene entre sus pilares la redistribución de los recursos hacia los sectores más vulnerables, ha sido en muchas ocasiones elogiado y objeto de análisis a nivel nacional e internacional, por los efectos positivos que tiene en la población beneficiaria.
Muchos niños, niñas y adolescentes bolivianos, al igual que sus familias, esperan esta fecha con ansias, porque ven en este bono un alivio a la hora de afrontar los gastos inherentes al proceso educativo. Cuadernos, bolígrafos, uniforme escolar, sin duda hay muchos factores que deben ser atendidos, pero al menos lo básico para garantizar la asistencia y evitar la deserción puede ser cubierto con estos recursos.
Justamente, la deserción escolar es uno de los parámetros que permiten medir los efectos de la aplicación de esta política social. Solo entre 2021 y 2022 se logró una disminución de 1,46% a 1,16%. Sin embargo, el cambio más drástico se evidencia al comparar la tasa de abandono actual con la de 2006 —año en que se implementó el beneficio—, cuando la cifra llegaba al 6,4%.
Algo que cabe destacar es que, en el transcurso de estos años, muchas empresas estatales se fueron sumando para dar continuidad a esta política gubernamental. En la actualidad, son 27 empresas públicas que aportan recursos al Juancito Pinto, a partir de las utilidades que generan por las ventas de su producción y servicios. Esto, a su vez, echa por tierra las especulaciones de un supuesto rendimiento deficitario de estas entidades, ya que, de ser así, estarían imposibilitadas de hacer esta contribución.
De esta manera, 2.340.000 estudiantes del país recibirán paulatinamente este incentivo a la permanencia escolar, para lo cual se tiene previsto invertir Bs 477 millones y desplegar todo un operativo en los nueve departamentos, con más de 50 entidades financieras habilitadas y brigadas móviles que llevarán alegría a la niñez y juventud boliviana hasta las regiones más alejadas.