Un golpe de Estado fallido, el sistemático boicot político financiero en la Asamblea Legislativa Plurinacional y la constante especulación y desinformación en torno a la seguridad alimentaria y energética son los más claros ejemplos del implacable asedio que enfrentó y enfrenta el gobierno del presidente Luis Arce.
En la recta final del mandato, y cuando el país se ve arrastrado en una espiral frenética de propaganda, alusiones, mentiras y difamaciones en el marco del proselitismo de cara a las elecciones nacionales del 17 de agosto, se hace más necesario que nunca contrarrestar las fake news y, sobre todo, recordar y contextualizar. Es en este marco que resulta oportuno el documental El gobierno más asediado, presentado el domingo por el Viceministerio de Comunicación, y que es resultado de un exhaustivo trabajo de investigación y recopilación.
El asedió comenzó el día de las elecciones (18 de octubre de 2020) cuando un grupo de uniformados rodeó la casa de campaña del MAS en busca de detener a Arce, objetivo que al final no lograron ante el contundente triunfo y la amplia mayoría en las urnas. En 2021, primer año completo de la gestión, se contabilizaron 2.487 conflictos, lo que muestra otro eje del ataque: bloqueos y manifestaciones en su gran mayoría sin fundamentación y sin la participación de la mayoría de las bases y organizaciones sociales. En 2022, el país registró 3.162 conflictos, y fue el año en el que el expresidente Evo Morales inició una inexorable guerra sucia interna, movido por sus ambiciones personales, que lo llevaron a todo tipo de acciones que solo perjudican a la población que él dice representar y defender. En estas dos gestiones, tampoco debe perderse de vista los paros efectuados por los cívicos cruceños que embanderaron dos causas artificiales: la defensa del gobernador preso, Luis Fernando Camacho, y la supuesta lucha por el censo. 2023 se saldó con 1.813 conflictos y por la reaparición del intervencionismo: Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, dijo abiertamente que su país debería apropiarse de las riquezas del litio. La gestión 2024 estuvo signada por 1.350 conflictos y se caracterizó porque la “lucha” de la derecha y los radicales evistas se trasladó a la ALP, donde empezaron a rechazar sin justificación una serie de proyectos de ley de financiamiento externo. El 26 de junio de ese año, militares al mando de Juan José Zúñiga intentaron tomar el poder de manera violenta y fueron frenados por la espontánea y masiva movilización popular, y el temple del propio Arce, que salió a la calle a hacer respetar la CPE. En lo que va de la presente gestión, se mantiene el bloqueo legislativo y se intensifica la especulación, agio y desvío irregular de combustibles y alimentos, todo parte de una componenda para desgastar al gobierno, acentuando una narrativa de crisis.
En este complicado panorama se debe destacar que el presidente y su gobierno se mantuvieron firmes, haciendo respetar la democracia y demostrando que la gestión y las obras son la mejor manera de contrarrestar los aprestos anticonstitucionales. El diálogo y la concertación priman en el horizonte del Ejecutivo y de esta manera se consolidaron logros fundamentales como la industrialización, la reactivación de la exploración en hidrocarburos y la contención exitosa del Covid-19, entre muchos otros.