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El mundo necesita multilateralismo y unidad en la diversidad

Bolivia ratificó su compromiso por la Patria Grande, por la integración y por la unidad, con el respeto a la diversidad y la soberanía de los pueblos como bandera para hacer frente a los desafíos económicos, políticos, climáticos y sociales del mundo actual. Fue en la IX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde el presidente Luis Arce reivindicó el sueño de construir una América Latina y el Caribe con la unión como fortaleza.

Así como en otros foros internacionales, el Primer Mandatario defendió al multilateralismo como alternativa al mundo unipolar, para que las naciones tengan mayor fuerza en sus demandas y para promover la cooperación, la solidaridad y el desarrollo sostenible. Todo esto con el reconocimiento del derecho de los Estados y sus habitantes para elegir sus sistemas políticos y económicos, y así avanzar en la erradicación de la pobreza, la reducción de las desigualdades y la construcción de sociedades más justas y equitativas.

La Celac, con la fortaleza de los más de 30 países que la conforman, es parte de esta era que cuestiona las políticas hegemónicas con apuestas integracionistas —también los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)— que tienen en el horizonte un nuevo orden mundial donde prevalezcan la paz, los derechos humanos y la justa redistribución de la riqueza, entre otros; en las cuales participa Bolivia bajo la Diplomacia de los Pueblos por la Vida, un medio para resolver los conflictos con el diálogo y el consenso.

Forjar soluciones para los retos actuales de las transiciones geopolíticas, las amenazas a la estabilidad democrática y las desigualdades económicas requiere de integración, una que tenga como bases a la complementariedad, el reconocimiento de las asimetrías y la solidaridad. Por ello, Arce llamó a fortalecer los mecanismos de cooperación económica para sortear las vulnerabilidades de un sistema financiero que castiga a las naciones y así crear, por ejemplo, un fondo que pueda mitigar los efectos de las crisis globales.

Esta fortaleza de la unidad en la diversidad también logrará robustecer a la democracia en el ejercicio de la soberanía popular y en la estabilidad institucional, ante las señales preocupantes del resurgimiento de estrategias desestabilizadoras que buscan debilitar a gobiernos democráticos; o asumir tareas urgentes en seguridad alimentaria, transición energética, desigualdad, desarrollo productivo; o garantizar la industrialización soberana de los recursos naturales; o liderar una lucha firme contra la crisis climática.

Asimismo, Arce postuló que la región debe hacer sentir su rechazo a políticas que van en contra de los derechos humanos, como sucede en Estados Unidos. En este marco, expresó su desacuerdo con la criminalización de la migración y las políticas de reindustrialización y neoproteccionismo que apelan al incremento de aranceles, pero afectando a las industrias de otros países, vulnerando acuerdos y abriendo las puertas para una recesión mundial. Sin duda, son desafíos que se deben afrontar con unidad.


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