Las compañías estatales demuestran con hechos y con cifras su aporte al desarrollo nacional. La Empresa Pública de Cementos Bolivia (Ecebol) anunció que llevará a cabo su primera exportación de clinker (producto granulado empleado para la fabricación de cemento y hormigón) a México, con lo cual se abren nuevos mercados internacionales, se demuestra la competitividad de la producción boliviana en éste y otros rubros, y se ratifica el avance de la industrialización de los recursos naturales en beneficio del país.
El acuerdo negociado durante meses, y que se firmará la siguiente semana, indica que se empezará con la comercialización de 12.500 toneladas de clinker mensuales desde junio o julio, por las que se efectuará un pago de entre $us 7 millones y $us 8 millones hasta fin de año. Además, la empresa informó sobre el uso de nuevos empaques de polipropileno reutilizables, con mayor resistencia, durabilidad y ligereza, para brindar una mejor protección de sus productos en el transporte y el almacenamiento.
La Ecebol fue creada en 2008, mediante el Decreto Supremo 29667, y es dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural. Cuenta con dos complejos industriales: el de Oruro trabaja desde hace varios años y el de Potosí comenzó sus labores hace pocas semanas con la fabricación de 8.000 bolsas de cemento al día, con la meta de alcanzar una producción plena de 20.000; su construcción fue reactivada en la presidencia de Luis Arce, luego de garantizar la provisión de gas, energía eléctrica y agua.
Con este contrato y los ingresos que llegarán al país, se echa nuevamente por tierra el discurso de la derecha sobre que las compañías estatales son deficitarias y una carga económica, lo que simplemente es una estrategia para incentivar su privatización y su venta a precios de gallina muerta —como pasó en la fallida época neoliberal de entre 1985 y 2005, que solo trajo pobreza, desempleo y la entrega de los recursos naturales a las transnacionales—, y que es parte de sus propuestas para las elecciones de agosto.
Lo evidente es que estas empresas son un pilar de la política de industrialización para la sustitución de importaciones, en la senda de la independencia económica de Bolivia. Más todavía, son la principal fuente de ingresos corrientes del Estado, abarcando el 23% de los Bs 67.963 millones previstos para esta gestión, con Bs 67.963 millones; y son el sostén del pago de bonos y rentas para la población más vulnerable, que forman parte de la política del Gobierno para la redistribución de ingresos con justicia social.
El Ministerio de Economía informó que las 32 estatales alcanzaron utilidades netas por Bs 2.415 millones en 2024, un incremento del 34,4% respecto a 2023, cuando esta cifra llegó a Bs 1.797 millones. En resumen, estas compañías no son deficitarias y, más bien, son generadoras de utilidades y de divisas —a lo que se sumará la Ecebol con la venta a México—, en medio de un sabotaje de la nueva y la vieja derecha para el bloqueo de créditos externos por $us 1.849 millones, causando una iliquidez de dólares en el país.
AEP