En un momento vital para la economía boliviana, el presidente Luis Arce y el sector empresarial dieron un ejemplo de diálogo constructivo y compromiso con el desarrollo nacional.
Los 17 acuerdos alcanzados en el marco del Diálogo Nacional por la Economía y la Producción describen la búsqueda de soluciones consensuadas para los desafíos económicos del país.
Entre los puntos más destacados resalta el reconocimiento mutuo de la importancia del financiamiento externo para inyectar divisas a la economía.
La disposición del Gobierno para gestionar nuevos créditos internacionales y la promesa de atender la demanda de dólares a través del sistema financiero son señales positivas que pueden ayudar a estabilizar la situación cambiaria.
La flexibilización en la importación directa de combustibles por parte del sector privado, aunque limitada al consumo propio, es un paso hacia la eficiencia energética.
Además, el compromiso renovado en la lucha contra el contrabando demuestra la seriedad con la que se abordan los problemas que afectan a la economía formal.
El impulso a las exportaciones con valor agregado, respaldado por un programa de financiamiento de 2.500 millones de bolivianos, junto con la creación de la Agencia de Promoción de Inversiones y Exportaciones, son medidas que pueden potenciar la competitividad de Bolivia en los mercados internacionales.
Es una buena noticia para el país ver el énfasis en la diversificación energética, con el fomento de inversiones en energías alternativas y amigables con el medioambiente. Esto no solo contribuirá a la sostenibilidad ambiental, sino que también abre nuevas oportunidades de exportación.
El compromiso de una nueva ley para promover la exploración y explotación en el sector de hidrocarburos por parte del sector privado podría revitalizar un sector clave para la economía boliviana.
El acuerdo de impulsar la campaña Hecho en Bolivia, Consume lo Nuestro y Emplea a los Nuestros refleja una visión compartida de fortalecimiento del mercado interno y la industria nacional.
La conformación del Gabinete de Turismo y el acuerdo para trabajar en biotecnología demuestran una visión de futuro que busca diversificar la economía más allá de los sectores tradicionales.
Estos acuerdos representan un paso significativo hacia la colaboración público-privada en Bolivia.
El compromiso de reuniones permanentes entre el Gobierno y el empresariado para dar seguimiento a los acuerdos es vital para mantener el impulso y asegurar resultados concretos.
Y es también fundamental que este espíritu de diálogo y cooperación se mantenga para sentar las bases de un crecimiento sostenible e inclusivo.
El camino por delante no será fácil, pero estos 17 acuerdos marcan una hoja de ruta alentadora hacia el Bicentenario.
La Paz/AEP
