Encuéntranos en:
Búsqueda:

Golpe y soberanía de los recursos naturales

El golpe de Estado frustrado del 26 de junio ha dejado una serie de lecciones que el país no puede permitirse olvidar.

Las revelaciones del presidente Luis Arce sobre la planificación de este ataque a la democracia, que se remonta a principios de 2024, ponen de manifiesto la persistencia de fuerzas antidemocráticas que buscan desestabilizar al gobierno legítimamente elegido.

La rápida movilización del pueblo boliviano y la condena internacional fueron cruciales para sofocar esta intentona golpista. Sin embargo, sería ingenuo pensar que la amenaza ha desaparecido por completo.

Bolivia debe mantenerse en un estado de alerta permanente, no solo para proteger su democracia, sino también para salvaguardar sus valiosos recursos naturales.

La historia del país está marcada por la explotación de sus riquezas naturales por intereses extranjeros y élites locales. El litio, el gas natural, los minerales y otros recursos han sido durante mucho tiempo objeto de codicia internacional.

No es coincidencia que los intentos de desestabilización política a menudo coincidan con momentos en que el país busca ejercer un mayor control sobre estos recursos.

El fallido golpe de Estado debe ser un llamado de atención para acelerar el proceso de nacionalización y control efectivo de los recursos naturales. Es vital que Bolivia establezca un marco legal y operativo robusto que garantice que estos bienes estratégicos permanezcan bajo la administración y propiedad del pueblo boliviano de manera permanente e irrevocable.

Este proceso no estará exento de desafíos. Presiones internacionales, intereses corporativos y la resistencia de sectores internos que se benefician del statu quo intentarán obstaculizar cualquier avance hacia una verdadera soberanía sobre los recursos. Sin embargo, la determinación mostrada por el pueblo boliviano al defender su democracia debe ahora canalizarse hacia la protección de su patrimonio natural.

El gobierno de Arce lidera este esfuerzo, pero su éxito dependerá del apoyo y la vigilancia constante de la sociedad civil.

El golpe de Estado fallido del 26 de junio debe ser visto como un punto de inflexión. Bolivia tiene ahora la oportunidad de consolidar no solo su democracia, sino también su independencia económica.

La verdadera seguridad nacional solo se logrará cuando los abundantes recursos del país estén firmemente en manos del pueblo boliviano, beneficiando a las generaciones presentes y futuras.

El camino hacia adelante requerirá vigilancia, unidad nacional y una visión clara del futuro que Bolivia desea construir. Solo entonces podrá el país bajar la guardia, sabiendo que su democracia y sus riquezas naturales están verdaderamente protegidas.

La Paz/AEP


Imprimir   Correo electrónico

Ahora El Pueblo logo

Búsqueda