El Gabinete Agropecuario, liderado por el presidente Luis Arce, marca el rumbo del país. Por primera vez, el Gobierno y el sector productivo se sentaron a la mesa con una visión compartida de progreso y trazaron una hoja de ruta clara para enfrentar los desafíos más apremiantes del agro nacional.
Los acuerdos alcanzados en materia de biotecnología, seguridad jurídica de la tierra y abastecimiento de combustibles son una muestra de la voluntad política y el compromiso del sector privado para impulsar la productividad y las exportaciones agrícolas.
En el ámbito de la biotecnología, el consenso para avanzar en estudios conjuntos que aborden aspectos normativos y técnicos es un paso ciertamente audaz hacia la modernización del sector.
Este nuevo enfoque promete no solo aumentar la producción y mejorar la productividad de la tierra, sino también garantizar la seguridad alimentaria nacional y potenciar las exportaciones.
El plazo de 10 días para presentar resultados grafica la urgencia y seriedad con la que se aborda este tema.
La lucha contra los avasallamientos, un problema que ha socavado la seguridad jurídica en el campo, recibe un nuevo impulso con la conformación de una comisión dedicada a ejecutar los desalojos pendientes. Esta medida, liderada por el Ministerio de Gobierno, responsable de la seguridad interna del país, envía un mensaje claro: el Estado de derecho se respetará en el agro boliviano.
Además, el compromiso del Gobierno de garantizar el abastecimiento oportuno de combustibles para los productores es una respuesta directa a una de las preocupaciones más apremiantes del sector.
La transparencia del Gobierno al explicar de forma responsable las razones estructurales detrás de la necesidad de importar más gasolina y diésel, junto con la presentación de proyectos de biodiésel, demuestra un enfoque integral para abordar este desafío.
Sin embargo, estos logros no deben cegarnos ante los desafíos que persisten.
La "falta de liquidez de dólares" mencionada por el presidente Arce es un recordatorio de los obstáculos macroeconómicos que aún debemos superar. La implementación efectiva de estos acuerdos será vital para generar las divisas necesarias y fortalecer la economía nacional.
Está claro que el Gabinete Agropecuario marca el inicio de una nueva era de colaboración entre el Gobierno y el sector productivo.
Ahora, el éxito de esta iniciativa dependerá de la continuidad del diálogo, el cumplimiento de los compromisos adquiridos y la capacidad de adaptar las estrategias a medida que surjan nuevos desafíos.
El país tiene ahora una oportunidad sin precedentes para posicionarse como un líder agrícola en la región.
LA Paz/AEP