En un contexto internacional adverso, donde varios países van en recesión y pese al boicot pactado entre algunos asambleístas del ala radical evista con la oposición en la Asamblea Legislativa Plurinacional, Bolivia cerrará esta gestión con indicadores económicos altamente positivos.
Esto significa estabilidad de precios, mercado laboral mucho más dinámico, y en recaudaciones tributarias llegará a Bs 60.000 millones, cifra que supera las obtenidas en 2022, cuyo nivel es considerado inclusive el más alto con relación a años anteriores.
Estas cifras muestran claramente que la economía boliviana está creciendo significativamente y que el pueblo boliviano confía en las políticas económicas que aplica el gobierno del presidente Luis Arce para seguir reactivando y reconstruyendo la economía del país.
Además esto demuestra la certidumbre y confianza que tienen los bolivianos con el Gobierno nacional, que avanza hacia la industrialización basada en la sustitución de importaciones para dar un mejor futuro a los bolivianos.
Asimismo, modestia aparte, estos datos dan estabilidad y certidumbre a los bolivianos porque hablando en términos económico incluso se superaron los niveles de prepandemia del Covid-19.
Aunque la oposición en pacto con el ala evista se esfuerza por boicotear la economía del pueblo boliviano, bloqueando las políticas públicas del Gobierno nacional, hay un crecimiento importante, lo que demuestra la fortaleza económica del país.
Sin embargo, para nadie son desconocidos los efectos negativos e irreparables que generó la no aprobación del Presupuesto General del Estado 2023 Reformulado por la ALP a las universidades y a los gobiernos subnacionales que se vieron impedidos en el pago del desayuno escolar, el Sistema Único de Salud, en proyectos de inversión en infraestructura en educación, entre otros dentro de la cadena productiva.
La oposición evade hablar de este sabotaje pactado y sistemático en el Legislativo para eludir su responsabilidad en ciertos indicadores económicos actuales y los cuales podrían haber sido mucho más altos si no se hubiese generado este boicot.
El pueblo boliviano y las organizaciones sociales ya se dieron cuenta de que este sabotaje en la Asamblea Legislativa Plurinacional tiene como propósito debilitar la gestión económica del Gobierno nacional, aspecto que fue advertido en su momento y que afecta a la economía nacional.
