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La fortaleza del modelo frente a la “troika”

En medio de una coyuntura política y económica compleja, el gobierno del presidente Luis Arce ha demostrado la capacidad para mantener la estabilidad macroeconómica, enfrentando simultáneamente desafíos que van desde la especulación de precios hasta intentos de desestabilización política.

El mandatario, en Sucre, explicó, sin matices, la magnitud de los obstáculos que su administración ha sorteado.

La "guerra económica" que denunció se materializa en intentos concretos de especulación con productos básicos de la canasta familiar, una práctica que podría haber desestabilizado los precios en cualquier economía emergente.

Sin embargo, lo verdaderamente notable de este periodo ha sido la capacidad del Gobierno socialista para mantener la inflación bajo control a pesar de estas presiones especulativas.

Este logro cobra mayor relevancia cuando se considera el contexto internacional de presiones inflacionarias que han afectado incluso a las economías más robustas del mundo.

La estabilidad económica se ha sostenido incluso frente a lo que el Presidente identifica como una coalición opositora inusual, que une a sectores políticos tradicionalmente antagónicos en un esfuerzo por obstaculizar la gestión gubernamental desde el Legislativo.

La ralentización en la aprobación de leyes y el entorpecimiento del financiamiento externo podrían haber tenido un impacto severo en la economía nacional, pero las cifras macroeconómicas se han mantenido estables.

Particularmente importante ha sido la respuesta gubernamental a desafíos estructurales como la caída en las reservas de gas.

La decisión de invertir en exploración demuestra una visión de largo plazo que trasciende la mera administración de los recursos existentes. La puesta en marcha de plantas de biodiésel en Santa Cruz y El Alto representa un paso concreto hacia la reducción de la dependencia de combustibles importados, una medida que fortalece la soberanía energética del país.

El proceso de industrialización iniciado durante esta gestión merece especial atención. En un contexto global donde las cadenas de suministro se han vuelto más vulnerables, la decisión de fortalecer la capacidad productiva nacional y reducir la dependencia de importaciones demuestra una profunda comprensión de las tendencias económicas mundiales.

Lo más destacable es que estos avances se han logrado en medio de una turbulencia política, que incluso incluyó un intento de golpe de Estado en junio de 2024.

La capacidad del gobierno para mantener la estabilidad económica en estas circunstancias sugiere la solidez del modelo económico.

La experiencia de los últimos cuatro años ha demostrado que el modelo económico boliviano posee mecanismos de resiliencia que le permiten absorber impactos externos e internos sin comprometer sus fundamentos básicos.

La lección que emerge de este periodo es que la estabilidad económica que imprimió el presidente Arce al país no es producto del azar, sino el resultado de una gestión económica que ha sabido combinar pragmatismo en el corto plazo con una visión estratégica de desarrollo nacional.


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