Oscuros intereses políticos de la derecha, y sus empresarios y ONG afines, sabotean los contratos, lo que lleva a pensar que quieren manejar a su antojo el destino del litio, sin garantizar soberanía y que los réditos se queden para los bolivianos.
El presidente Luis Arce advirtió que, si el siguiente gobierno y la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional no aprueban y viabilizan los contratos de litio gestionados con empresas de China y Rusia, el país perderá una enorme inversión y una oportunidad clave para la industrialización.
“Estábamos a punto de viabilizar los contratos para industrializar el litio con una inversión de cerca de $us 2.000 millones, pero deliberadamente el evismo y la derecha se aliaron para no aprobarlos”, dijo el miércoles el mandatario en una entrevista con un medio internacional. Es importante repasar cómo se lograron los acuerdos —que en realidad son precontratos que deben ser avalados por el Legislativo— con ambas firmas, que son referentes mundiales en el rubro. Solo así quedan claras su valía y necesidad.
Tras un largo proceso de negociación y rigurosa selección, Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó convenios con la china CBC y la rusa Uranium One Group. La primera invertirá $us 1.030 millones en dos plantas de extracción directa de litio (EDL) con capacidad de producción de 10.000 y 25.000 toneladas al año, respectivamente; mientras que el consorcio ruso construirá una planta para producir 14.000 t/año, con una inversión superior a los $us 970 millones. Cumpliendo la CPE y las leyes, se remitió los acuerdos mismos a la ALP para su aprobación y validación; pero en esta instancia enfrentan un bloqueo injustificado y plagado de manipulación y desinformación.
¿Dieron algún asambleísta o alguno de los activistas y dirigentes que se oponen a los contratos, argumentos sólidos para esta postura? En ningún momento. En contrapartida, el detalle de los documentos avala los numerosos beneficios, más allá de la de por sí importante inversión inicial: se producirá no solo materia prima, sino carbonato de litio de alta pureza, grado batería; se industrializará baterías de litio; el Estado boliviano mantiene participación soberana en toda la cadena de producción y comercialización; la tecnología EDL es más eficaz y veloz y, por tanto, más amigable con el medioambiente; se asegura ingresos por venta, regalías, impuestos y múltiples beneficios colaterales por la industrialización y su consecuente movimiento económico
Oscuros intereses políticos de la derecha, y sus empresarios y ONG afines, sabotean los contratos, lo que lleva a pensar que quieren manejar a su antojo el destino del litio, sin garantizar soberanía y que los réditos se queden para los bolivianos.
Hay que tomar conciencia de otro gran perjuicio: que se pierde tiempo; se desaprovecha un trabajo serio y metódico de más de cuatro años: dos convocatorias internacionales, filtros de calidad, evaluación de propuestas, desarrollo de tecnología. Por otro lado, se pierde la oportunidad de recibir al menos $us 2.000 millones a corto y mediano plazo, una considerable inyección de recursos para diferentes niveles.
AEP