Innumerables recuerdos de la niñez de miles de ciudadanos paceños evocan al escuchar la palabra Laikacota, nombre de aquel emblemático parque mirador que otrora fue uno de los espacios de esparcimiento preferidos de las familias en la sede de gobierno. La alegría transmitida por sus característicos payasitos y comediantes, una variedad de coloridos juegos infantiles y aquellos cometas que surcaban el radiante cielo del tradicional barrio de Miraflores son imágenes que van quedando en el olvido.
A iniciativa de Raúl Salmón de la Barra —dramaturgo, político, radialista y alcalde paceño—, aquella serranía que se constituyó en refugio de milicianos durante la revolución de 1952 fue identificada, en 1981, como el espacio que albergaría al parque Laikacota, y con ello convertirse en un nuevo refugio, pero esta vez de la niñez paceña. Sin embargo, luego de décadas de albergar a las familias en sus entretenidos rincones, la realidad actual de este parque es triste.
Lastimosamente, Laikacota se constituye en otra víctima del descuido de la gestión edil. Precariedad, abundante maleza, estructuras recreativas en absoluto deterioro y un anfiteatro en ruinas —que años atrás era el escenario preferido de infantes y todo aquel que quería olvidar las penas con las ocurrencias de humoristas y payasitos— son los elementos que caracterizan, hoy, a este parque mirador.
La decadencia en este espacio es tal que incluso se ha constituido en refugio de antisociales, lo que provoca inseguridad en el sector, situación que parece no importarle al alcalde Iván Arias.
Es así como Laikacota se suma a la lista de espacios administrados por la alcaldía paceña que se encuentran en total abandono, entre ellos el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez y el Museo Interactivo Pipiripi, este último, también dedicado al entretenimiento de los niños, inundado por la basura, según denunciaron los propios funcionarios y el público visitante.
Mientras la alcaldía se llena la boca afirmando que entrega decenas de “megaobras”, la realidad dista mucho de aquello y la decadencia de la gestión edil de Arias salta a la vista. La Paz continúa en total indefensión.
