Hace 16 años, Bolivia fue reconocida como un Estado Plurinacional, dejando atrás al Estado colonial, republicano y neoliberal, y asumiendo el desafío de la construcción de una nación que tenga como cimientos el respeto y la igualdad entre todos los bolivianos, sobre todo para saldar una deuda histórica: la inclusión plena de lo indígena-originario-campesino, y así constituir una sociedad descolonizada, libre de la discriminación y la explotación, con la justicia social y la redistribución justa de la riqueza entre sus metas.
Fue el corolario de siglos de luchas indígenas por el respeto a la pluralidad económica, social, jurídica, política, cultural y lingüística expresada en las 36 nacionalidades que componen el tejido social de lo que es Bolivia. Y este reconocimiento llegó bajo el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), apoyado por las organizaciones sociales y pese a la oposición de grupos oligárquicos acostumbrados a sus privilegios. Así, en 2009, el 61,43% de la población le dijo Sí a una nueva Constitución Política.
El 20 de enero de 2010, el Decreto Supremo 405 instituyó al 22 de enero como feriado, en conmemoración de la fundación de lo que la Carta Magna establece en su artículo 1: un “Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías”; un país que asume principios ético-morales pluralistas como el ama qhilla, el ama llulla y el ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), o el suma qamaña (vivir bien).
La descolonización y la despatriarcalización, expresadas en la desigualdad, el racismo y la discriminación contra indígenas y mujeres, marcan una de las luchas diarias para la construcción de esta nueva sociedad. Lo demuestra un hecho reciente que provocó indignación general: la agresión a una abuela y su nieto de condición humilde por la simple razón de cosechar tunas en una zona residencial de La Paz, una actitud señorial, colonial y paternalista que precisamente el Estado Plurinacional pretende extirpar.
Sin duda, los pueblos indígenas se han convertido plenamente en beneficiarios de políticas públicas con la llegada de este nuevo Estado, en salud, educación, servicios básicos, acceso a la función pública… lo cual apunta a cumplir el desafío histórico planteado en los fundamentos de la Constitución Política promulgada en 2009: cimentar colectivamente una Bolivia democrática, productiva, portadora e inspiradora de la paz, comprometida con el desarrollo integral y con la libre determinación de los pueblos.
El Año del Bicentenario es una oportunidad para consolidar estas conquistas y derechos. Y lo dijo el presidente Luis Arce, el Estado Plurinacional no se refiere solamente a la organización política, es un compromiso por la emancipación económica, la soberanía política, la redistribución equitativa de la riqueza social y la industrialización, una lucha contra las formas discriminadoras y de dominación del capitalismo y el neoliberalismo. Son principios con los que hace 16 años nació esta nueva Bolivia de la pluralidad.