La postura del Estado Plurinacional de Bolivia no sólo es la de condenar las violaciones claras al derecho internacional humanitario, sino también la decisión de enviar ayuda humanitaria a los afectados en la Franja.
El anuncio de Bolivia de romper relaciones diplomáticas con Israel ha vuelto a colocar el prolongado conflicto palestino-israelí en la vanguardia de las relaciones internacionales.
Esta decisión, tomada en respuesta a la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza, tiene un significado histórico y político para Bolivia y la comunidad global en general.
Bolivia considera las acciones del ejército israelí en Gaza como "crímenes de lesa humanidad”.
El conflicto de Gaza es sin duda una cuestión compleja, con consecuencias trágicas para los civiles de ambos lados. Según las autoridades sanitarias de Gaza, más de 8.525 personas, incluidos 3.542 niños, han muerto en ataques israelíes desde principios de octubre. Además, funcionarios de la ONU informan que más de 1,4 millones de los 2,3 millones de civiles de Gaza han sido desplazados.
El ejército israelí, por otra parte, acusa a Hamás, la autoridad gobernante en Gaza, de utilizar edificios civiles como cobertura para combatientes y armamento, afirmación que Hamás niega con vehemencia.
El gobierno socialista de Luis Arce demandó el cese de los ataques en la Franja de Gaza y rechazó el hostil tratamiento israelí hacia los responsables internacionales de brindar ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, a quienes se les está impidiendo el visado para el trabajo que la comunidad internacional les ha delegado.
La postura del Estado Plurinacional de Bolivia no sólo es la de condenar las violaciones claras al derecho internacional humanitario, sino también la decisión de enviar ayuda humanitaria a los afectados en la Franja.
El país llamó a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, a la Unión de Naciones Suramericanas y a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, entre otros, a tomar acciones colectivas que permitan encontrar soluciones estructurales al conflicto.
Pero también buscando sanciones contra los responsables de los crímenes de guerra que se están cometiendo contra el pueblo palestino no desde ahora, sino desde hace muchísimos años, y evitar un genocidio.
Bolivia aboga por una salida estructural a través del reconocimiento del Estado palestino, un paso al que se opone Israel.
