Estas fechas en las que recordamos a los difuntos, también es una oportunidad propicia para conmemorar a todos aquellos que ofrendaron su vida por un ideal, por su patria, por la soberanía, por la libertad y por garantizar un mejor futuro para sus hijos.
Sin duda, son innumerables los héroes que a lo largo de los años sellaron con sangre su destino y escribieron a fuego su nombre en las páginas de la historia de Bolivia por sus actos de valentía y patriotismo. Muchos de ellos se constituyen ya en íconos del valor y sus acciones son enaltecidas en efemérides y días nacionales; sin embargo, en los últimos tiempos, otro grupo de valientes bolivianos y bolivianas protagonizó reivindicaciones propias de esta nueva era, en defensa de los recursos naturales, de la democracia y de los derechos en general.
En octubre de 2003, periodo nefasto para la historia del país, decenas de ciudadanos perdieron la vida por el simple hecho de exigir que no se rifen los recursos naturales, particularmente el gas, con la exportación del hidrocarburo nada más y nada menos que a Estados Unidos, a precios irrisorios. Este triste pasaje de la historia nacional, conocido como la “guerra del gas” o la “masacre de octubre”, enlutó a Bolivia durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, pero, también, dejó un legado de valentía y coraje para las generaciones venideras.
Noviembre de 2019 se constituye en otro mes trágico para Bolivia. Tras el golpe de Estado y la ruptura del orden constitucional con la toma del poder de Jeanine Añez, el pueblo volvió a protagonizar una reivindicación mediante protestas pacíficas, esta vez, en defensa de la democracia y de la wiphala, hecho que produjo una violenta represión militar que dejó más de una treintena de muertos en Senkata, Sacaba, Huayllani y El Pedregal, además de un centenar de heridos y muchos más detenidos que sufrieron torturas y vejaciones sin precedentes.
Es justamente a todos ellos, que ofrendaron su vida por defender el bien común, a quienes es justo rendir homenaje en estas fechas, con la seguridad de que su legado permanecerá vivo y su sacrificio es y será el cimiento para la construcción de una patria más justa, próspera y soberana.
