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Tulio Ribeiro

Bolivia juega un papel central en la transición energética global con su litio

La producción mundial no puede desarrollarse sin un suministro energético garantizado, entre las principales fuentes de modelos tecnológicos se encuentra el ‘oro blanco’ o comúnmente llamado litio.

Es en este contexto que el mercado ha ganado protagonismo en los últimos años debido al aumento de la demanda de baterías recargables, especialmente con el crecimiento de la producción de vehículos eléctricos (EV), dispositivos electrónicos y el almacenamiento de energía renovable. El litio es un componente crucial de las baterías de iones de litio que se utilizan ampliamente por su alta densidad energética y eficiencia.

Entre los actores que impulsan el mercado del litio podemos reportar: vehículos eléctricos (EV). El crecimiento exponencial de la producción y venta de vehículos eléctricos ha sido uno de los principales impulsores del aumento de la demanda de litio. Los gobiernos de todo el mundo están promoviendo la electrificación de flotas para combatir las emisiones de carbono; Almacenamiento de energía renovable: el litio también es fundamental para el almacenamiento de energía a gran escala. A medida que las fuentes de energía renovables (como la solar y la eólica) se vuelven más comunes, el almacenamiento eficiente es crucial para garantizar un suministro constante de electricidad. Electrónica de consumo: dispositivos como teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y tabletas utilizan baterías de iones de litio, lo que también contribuye al crecimiento; demanda de este recurso, inversiones y minería: el aumento de la demanda ha fomentado inversiones masivas en la minería de litio, especialmente en regiones ricas en recursos como Australia, Chile, Argentina y Bolivia. Estos países tienen grandes reservas, y el “triángulo del litio” (Chile, Argentina y Bolivia) concentra gran parte de las reservas mundiales.

Pero existen desafíos como la sostenibilidad ambiental: la minería de litio puede causar daños ambientales, incluido el uso excesivo de agua en regiones áridas y la degradación del suelo. Esto ha generado preocupación sobre los impactos ambientales de la expansión minera. Oferta y precio: el suministro de litio puede verse limitado por la capacidad de extracción, y el aumento de la demanda ha provocado fluctuaciones de precios. La aceleración para garantizar el suministro ha llevado a las grandes empresas a invertir en cadenas de suministro. Tecnología de baterías: el mercado también está prestando atención al desarrollo de tecnologías de baterías alternativas que puedan reducir la dependencia del litio, como las baterías de estado sólido y otras innovaciones.

Bolivia, con sus grandes salares, posee cerca del 30% de las reservas mundiales de litio. Esta realidad llevó a varios países como Rusia, China e India, que tienen relaciones con el Gobierno andino y mantienen los ojos puestos en el mineral boliviano por su fácil extracción y bajo costo. La potencia rusa está inmediatamente tratando de tomar la iniciativa, ya que hace dos semanas la empresa Uranium One Group firmó un contrato con la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) para construir una planta de extracción directa y carbonatación de litio, que requiere una inversión de más de 950 millones de dólares con la que se espera obtener 14.000 toneladas del mineral al año. Esta planta se construirá en el salar de Uyuni —el más grande del mundo—, que tiene una superficie de más de 10.500 kilómetros cuadrados. Sin embargo, China, India, Francia, Alemania, China y Corea del Sur están acelerando sus acciones para profundizar las asociaciones en el país central andino.

Es importante resaltar que el litio boliviano es el preferido por grandes conglomerados y naciones por su fácil extracción y bajo costo. A esto se suman los acuerdos firmados el año pasado entre el Gobierno boliviano y las empresas chinas CATL BRUNP & MOC (CBC) y Citic Guoan para el diseño y construcción de plantas de carbonato de litio. En el mismo camino se firmó un acuerdo con la empresa india Altimin para desarrollar tecnología para la fabricación de baterías de iones de litio.

En realidad, el litio no es un mineral exclusivo de Bolivia, pero el hecho de que se encuentre en el país andino en estado líquido es un punto muy atractivo, afirmó Córdova. “El litio que se extrae de las salmueras, como en el caso de Bolivia, es más barato y más fácil de extraer, por eso en el mundo de alguna manera buscan tener una seguridad de independencia en cuanto al suministro de materiales estratégicos, como el litio, para que tratan de proteger la cadena de suministro”, explicó Héctor Córdova, expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) a la prensa internacional. En otras naciones como Argentina, Chile, Perú o Brasil el litio se encuentra, pero en estado sólido, por lo que es más caro de extraer. Para Córdova, la cantidad de litio que hay en Bolivia “es una gran ventaja” para cualquier país que quiera incursionar en los campos de la tecnología. “Alemania vino con esta intención, ya se había firmado un contrato con una empresa alemana, Rusia, China, Corea y Japón están detrás de lo mismo”, destacó el experto.

A finales del año pasado, Bolivia puso en funcionamiento un complejo industrial de litio con un sistema de piscinas de evaporación que, sin embargo, actualmente está en el punto de mira por supuestas irregularidades en su montaje. A principios de este año, el Gobierno boliviano lanzó una segunda convocatoria internacional para el aprovechamiento de recursos evaporíticos, litio y otros minerales en siete de sus salinas y para atraer proyectos mediante tecnología de extracción directa de litio (EDL). Por ello, la empresa rusa Uranium One Group ya firmó un contrato beneficiándose de esta tecnología (EDL). Este acuerdo corrobora el paso recíproco con el que Bolivia fortalece las relaciones con Rusia y la ‘cercanía’ entre sus líderes Luis Arce y Vladímir Putin en los últimos tiempos. Un análisis plausible en este ámbito es que tanto Rusia como China proyectan sus economías en América Latina. Es muy evidente el interés de tomar un papel protagónico en el litio boliviano. Parece que lo que Rusia quiere con Bolivia es claramente una alianza no solo económica, sino política.

El expresidente de Comibol ve que este interés no es solo por el litio. “Habría que ver si Rusia busca industrializarse o extraer los otros compañeros de la litografía, como el potasio, el bórax y el magnesio, otros elementos que tienen gran valor y tal vez buscar esto”, agregó en su presentación a la prensa. El contrato firmado con la empresa rusa debe ser aprobado por el Legislativo para el inicio de la construcción de la planta de extracción de litio, sin embargo a la fecha no ha llegado a los órganos correspondientes. Tampoco se conoce el contenido del documento. Un tema crucial para los bolivianos es que no se permite la exclusividad ante el prometedor mercado.

En conclusión, en general, con la inminente transición global hacia una economía baja en carbono, se espera que la demanda de litio siga creciendo. Empresas y gobiernos están invirtiendo en investigación para mejorar la eficiencia de las baterías y también en formas más sostenibles de extraer litio. Se espera que la industria se expanda aún más a medida que surjan nuevas tecnologías de almacenamiento de energía y los países avancen en sus objetivos de descarbonización. Por tanto, es fácil entender que el mercado del litio desempeña un papel central en la transición energética global.

La Paz/AEP/ Tulio Ribeiro


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