Donald Trump nos revela que el mundo tiene un nuevo protagonista. Deportará en masa a “ilegales” de Estados Unidos, amenazará a la UE con sanciones si no compran más gas y petróleo a los estadounidenses, sugerirá que Canadá sea el Estado número 51 de Estados Unidos, presionará a México con altos impuestos, la OTAN retomará con toda su fuerza la política de “Estados Unidos primero”.
Ahora es la cuestión del Canal de Panamá la que podría generar un conflicto global.
El régimen chino afirmó el lunes (23) que el Canal de Panamá “es una gran creación del pueblo panameño” y que “siempre respetará” la soberanía de Panamá sobre él, en referencia a la amenaza del presidente electo estadounidense, Donald Trump, de exigir el regreso de la infraestructura al país. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, afirmó en rueda de prensa que su país “siempre ha respetado la justa lucha del pueblo panameño por la soberanía” sobre la ruta de transporte.
Mao recordó que “ya en la década de 1960 hubo manifestaciones a gran escala en China para demostrar un fuerte apoyo al pueblo panameño”. China respondió a la declaración de Trump siendo el segundo mayor usuario del canal, solo detrás de los estadounidenses.
“Creemos que, bajo una gestión eficiente de Panamá, el canal seguirá haciendo nuevos aportes para facilitar la integración y el intercambio entre los distintos países”, añadió la portavoz, en referencia a las declaraciones del presidente panameño, José Raúl Mulino, de que “cada metro cuadrado de el canal es de Panamá”.
Trump, que asumirá la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, se quejó el fin de semana de los “aranceles exorbitantes” y de la gestión del Canal de Panamá, amenazando con exigir su “devolución” si no se respetan los principios “morales y legales”. Mulino dijo el domingo (22) que el canal interoceánico “es panameño y lo seguirá siendo”.
El Canal de Panamá fue construido por Estados Unidos, que lo abrió en 1914 y lo administró hasta su transferencia al Estado panameño el 31 de diciembre de 1999, según lo establecido en los Tratados Torrijos-Carter, firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington por el entonces El presidente panameño, Omar Torrijos (1929-1981), y el presidente estadounidense Jimmy Carter. (1977-1981). El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, repudió, este domingo (22), las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de recuperar el control del canal interoceánico. “El canal no tiene control directo ni indirecto de China, la Comunidad Europea, Estados Unidos ni ninguna potencia. Como panameño repudio enérgicamente cualquier manifestación que distorsione esta realidad”, reaccionó Mulino en un video en su cuenta X, sin mencionar directamente a Trump.
Su declaración siguió a una publicación del republicano el sábado en su plataforma, Truth Social, en la que escribió: “nuestra Marina y nuestro comercio han sido amenazados de manera injusta e imprudente. Las tarifas que cobra Panamá son ridículas”. “Este completo fraude contra nuestro país cesará de inmediato”, dijo Trump, y también denunció la creciente influencia de China en el canal, una situación preocupante ya que las empresas estadounidenses dependen del canal para transportar mercancías entre sí. “Correspondía únicamente a Panamá administrarlo, no a China ni a nadie más”, dijo Trump. “¡Nunca lo dejaremos ni dejaremos que caiga en las manos equivocadas!”
Si Panamá no puede garantizar una operación “segura, eficiente y confiable” del canal, “entonces exigiremos que nos devuelvan el Canal de Panamá en su totalidad y sin lugar a dudas”, respondió el presidente panameño. Exigió “respeto” con su país y reiteró que “cada metro cuadrado del Canal de Panamá y sus áreas adyacentes pertenece a Panamá y lo seguirá siendo”. “La soberanía y la independencia de nuestro país no son negociables”, añadió. Pese a las declaraciones de Trump, Mulino dijo que espera tener “una buena y respetuosa relación” con el futuro gobierno de Estados Unidos, con el que espera seguir abordando temas como la inmigración ilegal y el narcotráfico. Trump parece no tener límites, ni regionales ni temáticos, en la acción del gobierno estadounidense.
Por: Tulio Ribeiro/