El uso recurrente del dólar en las sanciones contra países por parte de Estados Unidos y el crecimiento acelerado de China, la segunda potencia mundial, nos ha llevado rutinariamente a una pregunta: ¿Puede realmente el yuan convertirse en una moneda verdaderamente internacional que todos quieran?
La acción de Pekín para internacionalizar el yuan chino no es un complot para destronar el dominio del dólar estadounidense en el comercio mundial y las reservas gubernamentales, ni para establecer una hegemonía financiera. Pensando estratégicamente a largo plazo, su objetivo es apoyar la estabilidad de la cadena de suministro global.
“La demanda de un mayor uso del yuan es inevitable a medida que la economía china se abre aún más”, señaló Huang Qifan, exalcalde de la megaciudad occidental de Chongqing, en la Cumbre del Bund en Shanghai. Añadió que las condiciones estarían maduras para abrir la cuenta de capital de China cuando la participación global del yuan iguale a la de la segunda economía más grande del mundo.
Huang, conocido por sus conocimientos a menudo francos sobre la economía y los mercados financieros, espera que la participación del yuan en los pagos y liquidaciones internacionales aumente en 1 punto porcentual al año durante la próxima década para eventualmente alcanzar la paridad con el euro. “El estatus del yuan en el extranjero está aumentando, pero aún no se acerca al dominio global que corresponde al peso económico y comercial de China”, dijo el político, que anteriormente supervisó el desarrollo económico y financiero en Shanghai.
Para ayudar a analizar este proceso, en junio el yuan mantuvo su cuarta posición en el ranking de monedas de pago, con su participación en las transacciones globales aumentando hasta un récord del 4,74%, desde el 4,61% de junio, según datos de la Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunications (Swift), el servicio de mensajería interbancaria más grande del mundo. Por lo tanto, la promoción de China de la internacionalización del yuan no reemplaza la posición del dólar en el mundo.
Es un hecho que China está intentando actualmente transformar la segunda economía del mundo en una “potencia financiera”, siendo una moneda fuerte una parte clave del objetivo defendido por el presidente Xi Jinping. Pero a pesar de las ambiciones de impulsar el papel del yuan en las finanzas internacionales, Pekín no tenía ambiciones poco realistas de reemplazar el dólar.
“La promoción de China de la internacionalización del yuan no tiene como objetivo reemplazar la posición del dólar en el mundo, sino mantener la estabilidad de la cadena industrial y de suministro global”, afirmó Huang, y reconoció el notable progreso del yuan en los mercados globales para representar el 4,14% de los pagos internacionales en 2023.
Es importante destacar que la participación sigue siendo modesta en comparación con la estatura económica de China como una de las naciones comerciales más grandes del mundo, por lo que la probabilidad de un aumento está fuera de toda duda. El índice de internacionalización de la moneda china, del 3,26%, palidece frente al 57,68% del dólar, lo que subraya que el yuan debe alcanzar al menos un estatus equivalente al euro y a la libra esterlina, cuyos índices son respectivamente del 22,27% y del 7,66%.
Para lograr este objetivo, China debe ampliar el uso del yuan en el comercio transfronterizo. Según Huang, el yuan podría representar el 17% de los pagos globales para 2035, frente al 4%. También enfatizó en la importancia de desarrollar mercados extraterritoriales de yuanes en centros financieros como Hong Kong y Singapur. Al abordar el delicado equilibrio entre la liberalización financiera y la seguridad, dijo que la convertibilidad de la cuenta de capital era un objetivo importante para China, pero que el progreso dependía de la posición internacional del yuan.
“No es que el yuan vaya a ser una moneda internacional cuando se logre la libre convertibilidad de la cuenta de capital”, afirmó. “Por el contrario, solo cuando la internacionalización del yuan alcance un cierto nivel será posible la libre convertibilidad”.
Desde que asumieron el gobierno, los líderes comunistas han utilizado esta estrategia. Las autoridades chinas continúan manteniendo un estricto control sobre los flujos de fondos hacia su cuenta de capital, y la estabilidad monetaria sigue siendo una prioridad, siempre apuntando al aumento continuo del comercio internacional y sus proyectos de integración. Por lo tanto, China aspira a hacer crecer su economía, y en este proceso su moneda es una herramienta especial. Su capilaridad en otras naciones pretende ayudar a su participación en el mercado global en el camino hacia el liderazgo del planeta.
Por lo tanto, la acción monetaria coloca positivamente al yuan en una posición para respaldar la estabilidad de la cadena de suministro global, un paso más cerca de superar a Estados Unidos a nivel mundial. Más que imponer su moneda al mundo, China busca el podio de la economía que pueda mejorar aún más su sociedad.
Por/Tulio Ribeiro