La subvención de los hidrocarburos en Bolivia ha sido un tema de debate creciente debido al impacto significativo que tiene sobre las finanzas del país, ejerciendo presión sobre las reservas internacionales y afectando la economía en general.
Es crucial abordar la implementación de la eliminación de este subsidio de manera cuidadosa para evitar efectos negativos que puedan agravar la situación ocasionando que la medicina sea peor que la enfermedad, para esto, en este artículo se examina las experiencias internacionales en la eliminación de subsidios a los hidrocarburos.
Reforma en Ghana
La eliminación de subsidios a los hidrocarburos en Ghana comenzó en 2001, cuando el país intentó alinear los precios de los combustibles con los del mercado internacional y aunque el objetivo principal era reducir la carga fiscal, la implementación de estas reformas fue inconstante debido a la presión social y política que generó, siendo interrumpida por intervenciones ejecutivas, especialmente en momentos cercanos a elecciones, creando un ciclo de ajustes y retrocesos en la política de subsidios que ocasionó efectos negativos en la sostenibilidad de las reformas.
En términos económicos, la falta de continuidad en la eliminación de los subsidios aumentó la deuda del Gobierno con el sector energético y si bien se implantó una nueva desregulación de precios en 2015, que trajo mayor estabilidad al permitir la competencia en el mercado, las tensiones sociales por el aumento en el costo de vida y de precios desataron nuevas protestas sociales.
Reforma en Indonesia
Indonesia inició la reducción de subsidios a los combustibles en 2005, lo que permitió al gobierno liberar recursos fiscales y evitar distorsiones en los precios del mercado. El principal objetivo era reducir el déficit fiscal y mejorar la eficiencia energética, debido a la creciente presión fiscal y la dependencia de las importaciones que significaba, permitiendo al Gobierno destinar estos recursos de la subvención a sectores prioritarios como la educación y los programas sociales.
A nivel económico, la eliminación de subsidios ahorró USD 4.500 millones en 2005 y USD 10.000 millones en 2006, lo que ayudó a estabilizar las finanzas públicas, sin embargo, el alza en los precios de los combustibles generó tensiones sociales y protestas debido al aumento del costo de vida.
Reforma en Jordania
En 2012, Jordania eliminó subsidios para la gasolina, diésel, gas licuado de petróleo y queroseno, impulsada por una crisis fiscal y un aumento en los precios internacionales del petróleo. Este ajuste buscaba reducir el gasto público y estabilizar la economía, dado que el país dependía en gran medida de las importaciones de energía.
Las consecuencias económicas incluyeron una reducción de las presiones fiscales, pero también un aumento significativo en el costo de vida, y para mitigar el impacto en los sectores más vulnerables el gobierno introdujo distintos tipos de medidas económicas y transferencias de efectivo a estos sectores.
Lecciones aprendidas y su aplicación en Bolivia
En los tres países, la eliminación de subsidios a los hidrocarburos alivió las finanzas públicas y promovió una mayor eficiencia económica, sin embargo, las reformas generaron tensiones sociales debido al aumento de los precios de los combustibles y su impacto en el costo de vida, demostrando que el éxito de las reformas depende de su implementación gradual, la consulta con los actores clave y la protección de los sectores más vulnerables.
De esta manera, para implementar una reforma gradual en los subsidios a los hidrocarburos en Bolivia, se debe seguir una secuencia de fases:
Fase de socialización. Debe existir una fase de socialización en la que se explique a la ciudadanía y a los sectores afectados los motivos y beneficios de la reforma, esta etapa debe incluir consultas públicas y talleres con representantes de la sociedad civil, el sector privado, organizaciones sociales y ciudadanas para asegurar que las preocupaciones sean escuchadas y abordadas.
Fase de implementación. Se debe implementar la reforma de manera escalonada, comenzando por ajustar los subsidios de forma moderada y progresiva para evitar un impacto abrupto en el costo de vida. En esta fase, el gobierno debe asegurar la continuidad del subsidio a los sectores estratégicos de la matriz productiva, como la agricultura, la industria, transporte para prevenir efectos adversos en la economía y en el empleo.
Fase de redireccionamiento. Es esencial redirigir los recursos económicos liberados hacia paliativos e incentivos que beneficien a los ciudadanos, sectores sociales y al sector privado, esto podría incluir subsidios focalizados para los hogares de bajos ingresos, incentivos para la adopción de tecnologías más eficientes y apoyo a pequeñas y medianas empresas afectadas por el aumento de precios.
Si bien las fases son generales y cada una merece una profundización, la coordinación entre el gobierno, el sector empresarial, sectores sociales y civiles es fundamental para la implementación exitosa de la reforma. Se deben establecer mecanismos claros de comunicación y colaboración para garantizar que todos los actores estén alineados hacia un mismo objetivo y que las medidas de compensación sean efectivas, además, es importante monitorear continuamente el impacto de la reforma y ajustar las políticas según sea necesario para mitigar cualquier efecto negativo inesperado.
Escrito por Walter Manuel Marañón Quiñones.