Probablemente una de las cosas que ha generado mayor repercusión es la resolución emanada de parte de unos cuantos dirigentes nacionales del Movimiento Al Socialismo (MAS) que prohíbe el ejercicio político a funcionarios públicos (de los cuales varios son militantes desde los inicios, otros antes del golpe y otros sin una militancia pero que se los vio más firmes que algunos que decían ser más masistas que el propio Evo). Es tan así que este acto de proscripción del ejercicio político dentro de los congresos (el espacio donde se debería debatir ideas, programas, proyectos políticos) se redujo a un grupo de personas que decidirán qué nuevas resoluciones adoptará el MAS para defenestrar al Gobierno Nacional. Este hecho no tiene nombre, ya que la discusión de lucha contra el imperialismo, contra el neoliberalismo y colonialismo quedo atrás, ahora se aprueban resoluciones para impedir el ejercicio político a compañeros y compañeras que pueden aportar mucho al Instrumento Político.
Lo que debe analizarse es la finalidad de esta dinámica, que obviamente es muy sencilla y busca frenar el libre ejercicio de la postulación para internas a otros candidatos que no sean del agrado o gusto de la dirigencia que firmó ese documento; en otras palabras, se trata de proscribir una postulación (algo curioso puesto que otrora todos peleamos para que pueda repostularse Evo antes del golpe), en una ironía de la política interna de esa dirigencia que se atribuye la voz de todo el Instrumento Político, aunque, como bien sabemos, no son todos.
Además de ello están orillando a una serie de eventos de los que dudo vaya a ser parte el compañero Luis Arce (ya que no tiene base social indígena, campesina, que tanto reclama Álvaro García Linera); la pugna será como apuntó el exVicepresidente, que la dirigencia indígena será la que asuma el rol histórico de dar continuidad… pero, ¿qué rol histórico y revolucionario haremos si no permiten participar? Pues esto es lo que pasará: posiblemente ese sector que desde hace años impulsa que David Choquehuanca sea candidato presidenciable promoverá la creación de un nuevo partido político y, curiosamente, no le irá mal en el Altiplano, pues ya vimos cómo las organizaciones sociales de los Andes no responden únicamente al MAS, sino no existiría Eva Copa alcaldesa o Santos Quispe gobernador; o el peor de ellos, Iván Arias alcalde. Más aún, no hacen una lectura social de que haber llamado “prebendal” a la población alteña y no haber respetado el referéndum del 21F para esa clase media desclasada de la urbe paceña, no es una forma de hacer política en todo el departamento de La Paz.
Por último, la acción impulsará a dos cosas al verse las fuerzas populares divididas por el mismo líder que en algún momento las unió: Impulsará la idea de que cualquiera puede ser presidenciable y, como varios de la dirigencia histórica del MAS señalan, las otras organizaciones sociales son prebéndales pues cada quien lanzará su propia sigla, dejando de lado la unidad del proyecto político popular, dando paso al renacimiento de la idea de Jaime Solares de un partido obrero, por otro lado los cocaleros de Yungas, y así sucesivamente. Lo segundo es que daremos insumos, al mostrar esa incapacidad de cohesión, para que la derecha tome mejor partido y unifique línea discursiva, retornando a un periodo neoliberal por disputas de quién debe ser el indígena que guíe el país.
Si algo ha demostrado esa poca seriedad política en cuanto a protagonismos individuales es que solo lleva al desastre. Es necesario recordar a esos compañeros (por más que ya no ejerza derecho a participación) lo que pasó con Macri, Bolsonaro, Lasso, expresidentes de derecha que tomaron el momento oportuno para ganar al electorado que antes votó por la izquierda y el alto costo que implicó que la derecha retornara al poder, porque una cosa es cierta: Si ellos regresan, tengan por seguro que no descansarán hasta ver al líder indígena que sea en la cárcel –porque ese error de permitirlos escapar solo lo cometieron una vez–, mientras los demás deberemos esperar otros cinco años para rectificar el error que pagará toda la población por protagonismos e individualismos.