Ser crítico es duro, pero la autocrítica es una labor que requiere el coraje de aceptar el error y proceder a corregirlo con el fin de “mejorar”. Esto es aplicable a todo ámbito de la vida e incluso a las políticas de Estado.
Es así que uno de los grandes cuestionamientos, que requiere coraje para aceptar los errores del pasado, radica principalmente en que en los primeros 14 años del Movimiento Al Socialismo (MAS) no se diversificó la economía para no depender únicamente de la producción de gas y de su exportación. Esta afirmación no descalifica los grandes logros sociales, pero igual que endilgar toda la culpa de la no diversificación de la matriz productiva a Evo Morales es hacer creer que todos los logros sociales fueron gracias a él, cuando existen responsables directos e indirectos. Ahí está la función de la autocrítica, y eso nos debe retrotraer al año 2020, a la propuesta de campaña, la cual fue planteada basada en una posibilidad que todos esperábamos que no sucediera: la disminución de producción de campos de gas y que nuestros principales socios continúen comprando a buenos precios. Ambas cosas, lamentablemente, no sucedieron.
Es así que la industrialización, planificada desde 2020 de manera responsable, inició con una serie de dificultades, ya que hacer industria no es hacer una cancha (sin desmerecer lo que se hizo, ya que en su momento cumplía alguna función social). Pero nuevamente debemos ser autocríticos en plantear el escenario en aquella época de bonanza en cuanto a aprovechar los recursos y diferenciar la inversión entre “lo urgente, lo importante y lo recreativo”, que nos trae las dificultades que toca asumir y enfrentar ahora. Pese a todo, incluso acorde a lo planificado en 2020 (cuando se esperaba que ya en el tercer año estén muchas de las industrias concluidas), este último año estamos viendo cómo están ya en las etapas fina- les de construcción muchas de las empresas planificadas en el plan de industrialización.
Es necesario recordar a la población que pese a los blo- queos económicos de la Asamblea y de caminos llevados adelante por un grupo de fanáticos que han buscado perjudicar al Gobierno, desconociendo que esa acción no debilita únicamente al Gobierno sino a toda la población y sobre todo al bloque popular. Esto dado que, aunque los fanáticos del evismo quieran deslindarse de la sigla del MAS comprando otra sigla de manera temporal, se equivocan al pensar que la población electoral es ignorante y que desconoce lo que sucede y sucedió. La prueba fiel de ello fue el Referén- dum de 2016, ratificado con las elecciones de 2019 que tris- temente desembocaron en un golpe de Estado.
Es así que en esta última etapa para garantizar la continuidad del bloque popular debe concluirse lo propuesto como Programa de Gobierno y se tienen varios avances: la industrialización de la química básica, las plantas de amoniaco y urea, plantas de biodiésel y HVO; o el Mutún, que es un logro
importante e histórico, así como en su momento lo fue Misi- cuni para Cochabamba, así como Cocabol y otra gran cantidad de empresas estatales que están por encima del 70% de avance en su conclusión y que hubieran sido inauguradas hace un año y más si no hubiera existido el boicot mencionado.
Hoy el llamado es a esos “excompañeros” que ya no tienen militancia en el MAS a que no sean el tonto útil, no de Evo, sino de la derecha; que se sumen al proyecto de la industrialización y dejen de ser críticos y pasen a ser autocríticos, como se planteaba al inicio de la columna; y dejen las mezquindades de te- ner esa posición de “si no soy yo quien lo hace, está mal”, como ha ocurrido con los contratos del litio.
Espero que los fanáticos del evismo recapaciten y busquen la unidad, pero esa unidad basada en proyecto y no en personas, esto bajo el riesgo de perder electoralmente y que retornen los viejos del pasado y pase lo que decía el grupo cubano Buena Fe:
Viejos jinetes del horror que han aprendido
Con la distancia, anestesiarnos los disensos
Con sensación de no es aquí, no es a mí
No son los míos
Cabalgan sobre nuestro tedio
Después será no es mi ciudad
Luego será no son mis hijos
Somos la misma humanidad
Todos frente al mismo acertijo.
Como dijo el presidente Arce, en las próximas elecciones estaremos enfrentando dos modelos: uno soberano versus otro de corte neoliberal —camuflado como consigna “libertaria”—.
Por: Gabriel Campero Nava (Diplomático)