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Pablo Mariscal

Cuando las consignas políticas se construyen sobre arena

El implacable ataque de calor en La Paz estaba en su máximo punto. “Casi me derrito hoy”, escuché decir a mi amiga Jenny, mientras se sentaba al fondo de la mesa tras unos malabares que tuvo que hacer para pasar entre las mesas del abarrotado restaurante.

—¡Para qué has venido! Ya hasta el postre hemos “limpiado”— exclamó Pepe, mientras soltaba una sonrisa socarrona.

—Para quedar la cena de Navidad, pues —soltó fastidiada Mayra—, invítale, más bien, una “coquita” —me miró apremiante.

Desperté de mi letargo postalmuerzo. “Pásame el vasito”, le pedí a Teo. Un grupo de amigas decidió agasajarnos con un almuerzo a todos los varones del grupo y hasta el momento en que llegó la invitación al grupo de WhatsApp, Teo no se había percatado de que el 19 de noviembre era Día Internacional del Hombre. Hice correr el vaso entre las manos de medio mundo.

—Entonces, quedamos el 1 de diciembre para la cena, ¿no ve? —Teo retomó la conversación tras la interrupción de Jenny.

Jenny murmuró nerviosa.

—Ojalá me paguen ese día.

—No creo, han rechazado el presupuesto en la Asamblea. Dicen que por suerte —soltó Pepito.

Ambos eran auditores, ambos trabajan en el área de Finanzas y ambos trabajaron en el sector público. Por desgracia, para Pepe, Jenny aún trabajaba en el sector público, en la alcaldía de El Alto, mientras que él ya había migrado al sector privado hace muchos años. La tormenta se acercaba.

—¡Para qué habrás dicho eso! —le di una palmadita de apoyo en la espalda, mientras la mirada de Jenny se dirigía chispeante hacia Pepe. Sin embargo, estaba muy interesado en escuchar lo que Rosita le diría.

—¿Qué artículos son? —preguntó calmadamente Jenny, aunque se podía sentir la estática a su alrededor. No entendí mucho lo que Pepe respondió, alcancé a escuchar “muy poca plata para los municipios”, “artículos de contrabando” y “te van a ver tus cuentas bancarias”.

Supe rápidamente que Pepe repetía las famosas “consignas” que los políticos usan para generar una corriente de opinión en la ciudadanía. Ya había visto cómo funcionó la consigna de la vulneración al secreto bancario cuando los gremiales y transportistas se movilizaron y lograron abrogar la Ley 1386 Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y Financiamiento del Terrorismo. Aquella vez no primó la razón ni el consenso, la consigna repetida mil veces y los bloqueos que dañan la economía lograron su objetivo.

—Mirá papito —Jenny ya había armado sus argumentos con impresionante velocidad mientras Pepe titubeaba—, tú sabes muy bien que “coparticipar” los recursos a los municipios, gobernaciones y universidades se rige por ley, no por gusto (dinero que se transfiere a las autonomías según se recauda, en facilito). Segundo, yo estuve en la socialización del proyecto de ley, lo hicieron a todos los municipios, y los artículos “de contrabando” que dices —se refería a las disposiciones adicionales del proyecto de ley— están todos relacionados a la gestión presupuestaria. Es más, uno de esos artículos facilita a nosotras, las alcaldías, a evitar burocracia…

Jenny se refería a la 1ra. Disposición Adicional. Como analista, no solo debo estar al pendiente de las noticias, sino especialmente del marco legal del que trata cada conflicto. Siempre vemos los castillos que construyen los políticos, pero el analista ve si estos están construidos sobre arena. Confieso que entender, analizar y hablar de economía siempre es una tarea muy difícil, pero la práctica me marcó como el agua erosiona a la piedra. Gracias a todos los buenos docentes de mi amada carrera.

—… Siempre es lo mismo con vos —terminó el sermón.

—Ya, ya, me voy a comprar una radio “cancherita”, aunque sea, perdón —se disculpó Pepe, mientras ya estábamos saliendo apurados del restaurante.

—No tienes nada de qué disculparte —le sonreí, muy condescendiente. Todos somos bombardeados de tanta información, desinformación, mitos, mentiras, especulación, opiniones, que es muy difícil tener mediana claridad de lo que pasa en la política y la economía. Al fin y al cabo, nosotros solo debemos seguir con nuestra vida, mirando al frente, esforzarnos y disfrutar de cada pequeña victoria que tenemos en el día a día.

“Solo date un tiempo de dudar de toda consigna, en especial en lo que es política y economía, busca otras fuentes, otras posturas y forma un criterio un poco más analítico”, pensé, pero ya tocó despedirse con todos y correr a los quehaceres diarios.


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