Lo que está sucediendo en Medio Oriente es un proyecto estadounidense-occidental-regional, no es un acontecimiento aislado de la guerra que se desarrolla entre Rusia y la OTAN en Ucrania o de las alianzas chino-rusas y norcoreanas.
El evento que podría hacer estallar Medio Oriente, el Sudeste Asiático y Europa y conducir a una guerra regional o tal vez a una guerra mundial que está muy cerca, depende de la política de Netanyahu y de la nueva administración estadounidense, cuyos objetivos seguirán marcando y determinando la siguiente etapa.
El Proyecto del Nuevo Oriente Medio es un plan para fortalecer el control unipolar estadounidense sobre la región para garantizarse su sostenibilidad, y su riqueza, allanando el camino para el control del Estado israelí de ocupación y su penetración en Oriente Medio sirviendo a sus intereses y a los intereses de su patrocinador. La gran pregunta es: ¿podrán el eje de ocupación israelí y sus socios imponer este proyecto?
Todo indica que en este momento no hay lugar para soluciones políticas. El conflicto se encuentra ahora en la etapa cruel porque nadie aceptará salir públicamente derrotado de esta guerra. Estos días la región manifiesta un desgaste político y militar pero el actor más importante, Estados Unidos, no ejerce ninguna presión sobre Israel porque es el patrocinador del proyecto, y sus movimientos diplomáticos están cuidadosamente calculados en estos días previos a las próximas elecciones de principios de noviembre.
Desde que comenzó la guerra, Estados Unidos ha estado gestionando el conflicto a través de negociaciones e iniciativas relativas a acuerdos de alto al fuego e intercambios de prisioneros, pero no para encontrar soluciones al conflicto sino con la intención de dar a Israel la oportunidad de avanzar en la implementación del proyecto. Todo lo que hemos oído sobre los acuerdos de intercambio de prisioneros eran botes de humo, realmente la supervivencia de los rehenes en Gaza no le importa al Estado de Israel ocupante porque si se pone fin a este “pretexto”, no quedará ninguna justificación para continuar las operaciones militares con esta virulencia y, por lo tanto, no se lograría el objetivo previsto en el proyecto.
La situación actual indica que aún estamos lejos del fin de esta guerra injusta a pesar del gran número de víctimas, de la destrucción masiva y de las condiciones de vida infrahumanas que vive el pueblo palestino. Desgraciadamente esto significa que pasarán meses antes de que las bombas dejen de destruir, durante los cuales caerán más personas inocentes, muchas resultarán heridas y todos los ciudadanos pasarán un sufrimiento indescriptible.
El mundo occidental, que dice ser libre y que se ha autoproclamado como juez en la tierra arrogándose el derecho a implementar sus políticas coloniales frente a los pueblos oprimidos que luchan por una vida digna y por escapar de todas las restricciones del colonialismo, denomina a esta lucha terrorismo. Han utilizado y siguen utilizando todo de tipo de armas internacionalmente prohibidas contra el pueblo palestino que lleva viviendo bajo ocupación desde hace décadas ¿De qué terrorismo hablan? La maldita ocupación que practica las más atroces prácticas de asesinato, desplazamiento, abusos y privación de derechos, ¿es eso inocente?
La ocupación y sus aliados son el terrorismo y son la causa de todos los problemas que sufre el pueblo palestino. Cualquiera que siga la historia sabe muy bien que imperios más grandes y más fuertes que el sistema sionista y sus partidarios colapsaron mientras los pueblos permanecían vivos. La historia se repetirá con la desaparición de la ocupación, y el pueblo palestino seguirá vivo en su tierra en libertad y dignidad bajo su Estado independiente como el resto de los pueblos de la Tierra.
Los discursos occidentales sobre la difusión de la democracia y las libertades en el mundo árabe no son más que una herramienta para lograr sus ambiciones neocoloniales; suponen una edición moderna del proyecto para dividir los países árabes y fragmentarlos en grupos étnicos, religiosos, en cantones y en pequeños Estados sectarios para poder instaurar la teoría del “caos creativo” que ponga de manifiesto una fuerte evidencia de la división de la región que sirva como excusa para imponer una situación geopolítica funcional después de destruir o neutralizar los gobiernos existentes, con el fin de establecer un sistema político nuevo y eficaz para sus intereses.
De hecho, todos los cambios e interacciones que están teniendo lugar actualmente en el Medio Oriente apuntan hacia dónde pueden conducir estos hechos a corto plazo en la región. La gran diversidad existente: numerosos partidos políticos, intereses dispares, fuerzas superpuestas y en conflicto y con una enorme complejidad, no se resolverá aplicando el mismo enfoque al que los tomadores de decisiones estadounidenses han estado acostumbrados durante décadas. Hay puntos críticos que pueden explotar de manera incontrolable, pueden aparecer cambios y sorpresas de un momento a otro, hay alianzas que Estados Unidos no podrá impedir en un momento en el que todos buscan un punto de apoyo. En un mundo que avanza a una velocidad cada vez mayor hacia la multipolaridad y con la multiplicidad de potencias y polos, el nuevo proyecto de Oriente Medio no se logrará según el plan israelí.
Escrito por el Embajador del Estado de Palestina en Bolivia, Mahmoud Elalwani.