Amparo Carvajal
Religiosa, española, nació en 1939, a la fecha cuenta con 84 años. Llegó a Bolivia como misionera durante la dictadura banzerista (1971); su congregación asistía a presos y detenidos políticos, al igual que la Iglesia Católica. Junto a otros religiosos, participó en la creación de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB); los sacerdotes Gregorio Iriarte y Julio Tumiri fueron los primeros conductores de esta institución: Iriarte como responsable (1974), y Tumiri como presidente (1976).
En 1980, la congregación de Carvajal abandonó el país; ella decidió quedarse en Bolivia, abandonó su labor religiosa y se dedicó “a su compromiso social y político”. Desde esa fecha hasta el año 2016 no se tiene conocimiento sobre sus actividades públicas, después de 36 años reaparece en la APDHB y es elegida (2016) presidenta de la APDHB, cargo que ejerce hasta la fecha en medio de desconocimientos a la legalidad de su largo mandato (7 años).
Carvajal, que ingresó a la vida política desde la vertiente de LA IZQUIERDA en los años 70, reaparece el 2016 como CANDIDATA DE LA DERECHA para regir la APDHB, llegando a convertirse en su mejor brazo operador. Desde que dirige esta ilustre institución, ha sido tenaz opositora al gobierno del MAS, y constante protectora de todos los embanderados de la consigna del 21F. Firme defensora del gobierno de facto de Añez, y candidata a premio Nobel de la Paz, por el grupo derechista Comité Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE) —burda imitación del glorioso Comité Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE) creado el 11 de abril de 1980, por la Central Obrera Boliviana (COB), con la participación de todos los partidos políticos de izquierda—.
Miriam Gamboa Villarroel (+)
Boliviana (1941-2021). Falleció a sus 80 años. Siendo estudiante universitaria, luchó contra las dictaduras militares de Hugo Banzer Suárez, Juan Pereda, Alberto Natusch y Luis García (1971-1981).
Licenciada y Magister. Docente emérita de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Directora de la Carrera de Trabajo Social; Decana de la Facultad de Ciencias Sociales, de esta misma Casa Superior de Estudios; Secretaria Académica del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB); Presidenta del Colegio Nacional de Trabajadores Sociales. En sus últimos años de vida, Presidenta de su Junta Vecinal. Además fue escritora, autora de varios libros y artículos.
En su calidad de Presidenta de su Junta Vecinal en la zona Sur de la ciudad de La Paz, por ser leal a la causa de los pobres, de los oprimidos, fue sindicada de “Masista”, de ser autora de la quema de los buses Pumakatari de propiedad del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, siendo encarcelada durante la dictadura del gobierno de facto de Añez.
Mantuvo inclaudicable la línea revolucionaria, de su juventud, hasta su muerte, en la línea de LA IZQUIERDA, con una prolífica labor permanente, que sus colegas y alumnos recuerdan. Estuvo presa más de un año, para ella no hubo clemencia, a pesar de su avanzada edad ¡80 AÑOS!, desde luego, tampoco por su condición de mujer; no intentó suicidarse, ni se quejó, con la valentía de una guerrera, a pesar de su quebrantada salud. No clamaron por ella: la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), dirigida por Amparo Carvajal; la Iglesia Católica, los intelectuales; las mujeres feministas (que se solidarizan con Añez, por su condición de mujer). Ante su grave estado de salud, y su injusta detención, murió en “Arresto domiciliario” (2021).
La consecuencia revolucionaria no es un don de la condición de género, ni de la edad, tampoco de la condición del origen de clase. ¡Necesitamos más personas como Miriam, y menos Amparos!