El acuerdo político suscrito el 18 de diciembre de 2025 por los políticos opositores Jorge Quiroga, Carlos D. Meza, Samuel Doria Medina y Luis Fernando Camacho (detenido legalmente en Chonchocoro por varios delitos), invitando a sumarse todos los partidos, con la finalidad de formar una candidatura única hacia las elecciones generales de 2025, para sacar al MAS-IPSP del poder, parece interesante pero es inútil por carecer de estrategia.
Sabiendo que ya hay cerca de 40 precandidatos opositores al gobierno constitucional y legítimo de Luis Arce Catacora, ese acuerdo de cuatro políticos que no ganaron ninguna elección desde el 18 de diciembre de 2005, y nunca hicieron nada bueno para el progreso de Bolivia, significa un fracaso más desde el punto de vista estratégico, porque cuatro dentro de los 40 precandidatos no son nada políticamente hablando; cualquier persona medianamente culta se da cuenta de que ese acuerdo y unión es una hipocresía política equivalente al suicidio. Peor si recordamos que ellos son muy conocidos por todo lo malo que hicieron en el pasado y durante el golpe de Estado de 2019 y gobierno de facto de Jeanine Añez. Es cuestión de sentido común, aunque el sentido común es el menos común de los sentidos. Esa es muestra de falta de estrategia.
Dijeron: “Este acuerdo de unidad es histórico, porque el pueblo lo pidió para salvar Bolivia del MAS-IPSP”; dicho totalmente falso, ya que ningún aymara, quechua, tupiguaraní, ni dirigente legítimo de ninguna organización social pidió tal unión.
Ese intento de unirse solo para derrotar al MAS-IPSP prueba que temen a dicho instrumento político, por no tienen argumentos legales, ideas políticas geniales, programas de gobierno factibles para conquistar al electorado en las futuras elecciones; por ello saben que no solo en las elecciones de 2025, sino en todas las elecciones, serán derrotados aunque se unan. Salvo, que se unan al MAS-IPSP que desde el 2005 viene ganando las elecciones generales; consiguientemente, tal acuerdo y unión para fracasar parece una estupidez. Algunos políticos con mayor visión y realismo al respecto dijeron: “es una ‘juntucha’ de fracasados”.
También dijeron que, con esa unión, se privatizarán todas las empresas estatales, porque el Estado es mal administrador y tales empresas son deficitarias, pero no demostraron ninguna mala administración ni déficit —solo dijeron con falacias—, desconociendo cínicamente la industrialización puesta en marcha por el Gobierno ejecutivo que permanentemente inaugura industrias; pareciera que tales políticos no quieren que Bolivia se industrialice para seguir especulando con el aceite, el arroz y otros, fomentando el agio y el contrabando para que el pueblo se muera de hambre y los ricos se hagan más ricos.
Tales políticos fascistas, desde siempre, discriminaron a los aymaras, quechuas y tupiguaraníes; porque desprecian la cultura de las mujeres y hombres del mundo andino; y, diciendo que el Estado Plurinacional de Bolivia habría fracasado, estrellándose contra el pluralismo democrático y político que caracteriza a dicho Estado, quieren volver a la era republicana, donde odiaban, discriminaban y esclavizaban a las “indias” e “indios” —como ellos los llaman—. Firmar dicho acuerdo y unirse para ello incluso raya en lo delictual, de ahí que está destinado al fracaso desde todo punto de vista, principalmente el histórico y social presagiado por Túpac Katari (Julián Apaza Nina) que dijo: “Volveré y seré millones”. A no ser que tengan otros fines.
Unirse para derrotar al MAS-IPSP y pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial para solucionar los problemas que ellos crearon equivaldría a hipotecar el país y hacer que la moneda boliviana se devalué todos los días, como en el gobierno de la UDP; por ello el pueblo ya lo rechazó en las elecciones generales de 2005 y lo rechazará siempre; al parecer por ello, lo que quieren los políticos opositores es colapsar Bolivia con bloqueos, paros, huelgas y cabildos realizados en base a mentiras, para dar un golpe de Estado y ordenar la libertad de Luis Fernando Camacho, Jeanine Añez y a todos sus líderes que están legalmente detenidos —injustificadamente denominados “perseguidos políticos”—, también quieren evitar que sean detenidos los que aún están libres impunemente. Para eso, puede ser útil dicho acuerdo y unión; por ello ya están diciendo que habrá fraude electoral en las elecciones de 2025.
En consecuencia, se puede concluir que dichos políticos quieren unirse, porque presienten que el MAS-IPSP los derrotará en las próximas elecciones generales al igual que en las anteriores elecciones, y porque temen ser sancionados por los delitos que cometieron durante el golpe de Estado de 2019 y el gobierno de facto de Jeanine Añez, y cometidos desde el 2020 hasta el presente, causando cuantiosos daños económicos al Estado, y al pueblo en general. Ni qué decir, si ninguna ley los protege.
Por: Armando Aquino Huerta/