Nos despedimos del año 2024. A pesar de una coyuntura internacional bien difícil y llena de retos importantes, los rusos lo consideramos notablemente exitoso para nuestro país desde la óptica de la ejecución eficiente del rumbo de nuestra política exterior determinado por el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin.
En este artículo se pretende hacer el balance de los sucesos más relevantes del año saliente para nuestro Estado, inclusive respecto a las relaciones bilaterales ruso-bolivianas.
Del 15 al 17 de marzo de 2024 se celebraron en Rusia las elecciones presidenciales. Vladímir Putin consiguió una victoria abrumadora del 87,3% de votos con una participación récord de 77,5%. La ceremonia de inauguración del Presidente electo se realizó el 7 de mayo. Dichos resultados evidenciaron una confianza absoluta del pueblo ruso puesta en la figura de Putin en el momento clave de cambios históricos no sólo para nuestro país, sino para toda el sistema de relaciones internacionales.
Al ser inaugurado, el Presidente firmó un decreto sobre los objetivos del desarrollo de Rusia para el período hasta 2030. Entre las metas principales determinadas por el jefe del Estado, destacaría las tareas de convertirse en una de las cuatro economías más grandes del mundo, garantizar el liderazgo tecnológico y científico de nuestro país, así como ejercer una transformación digital del gobierno, incluyendo el uso de la inteligencia artificial. No cabe duda de que estos y otros objetivos serán cumplidos.
En 2024 el mundo siguió observando los acontecimientos en la zona de la operación militar especial que está llevando a cabo Rusia en Ucrania. Vemos el creciente entendimiento a nivel internacional, sobre todo entre los países del Sur Global, sobre las verdaderas causas del conflicto en el este de Europa y el papel que está desempeñando la Federación de Rusia en la formación irreversible de un sistema multipolar de las relaciones internacionales, acabando paulatina pero inexorablemente con la hegemonía del neocolonialismo.
El ejército ruso sigue avanzando con mayores éxitos en la zona de combate pese a los intentos desesperados de los patrocinadores occidentales del régimen nazista en Kiev de infligir una “derrota estratégica” a Rusia. En 2024 dichos intentos han encontrado su expresión, por ejemplo, en el permiso dado a las FFAA de Ucrania de usar los proyectiles de largo alcance de producción occidental conta el territorio ruso, numerosas discusiones sobre la posibilidad de enviar tropas extranjeras en Ucrania, así como la invasión de los ucranianos en la región fronteriza rusa de Kursk, caracterizada por Vladímir Putin como una “aventura” condenada a fracasar. Nuestras FFAA tienen una iniciativa estratégica en toda la línea del frente, mientras que el número de municipios liberados se acerca a 200. Dicho esto y a pesar de toda la histeria rusófoba desatada en Kiev y el Occidente, en Moscú nunca se han negado a dialogar con finalidad de llegar a un acuerdo de paz, siempre que éste tenga en cuenta las “realidades sobre el terreno”, así como los legítimos intereses rusos de seguridad. Como han destacado más de una vez el Presidente Vladímir Putin y el Canciller Serguéi Lavrov, dicho acuerdo, entre algunas otras condiciones, tiene que garantizar el estatus de Ucrania como un Estado desnuclearizado y no alineado, así como abolir leyes discriminatorias y xenófobas adoptadas por Kiev contra la población rusoparlante del país.
A pesar de estar a borde de entrar ya en el cuarto año de las sanciones occidentales sin precedentes impuestas contra Rusia (en total son más de 18 mil), nuestra economía no sólo no se ha colapsado (como auguraron los autores de las mismas en Washington y Bruselas), sino que sigue creciendo. Para el término de 2024 el sistema económico ruso habrá crecido en el 3,9%, posiblemente llegando al 4%. Como subrayó Vladímir Putin, en los últimos dos años el crecimiento de la economía de nuestro país fue del 8%, mientras que en el mismo período EEUU creció en el 5-6% y los países europeos —en el 1%. Tenemos el desempleo en los niveles históricamente más bajos— del 2,3%. Los salarios reales han aumentado en el 9%.
El mismo fracaso esperaba a quienes se empeñaron en “aislar” a Rusia políticamente. La mejor muestra de lo fallido que resultaron sus intentos fue la XVI Cumbre de los BRICS celebrada con éxito del 22 al 24 de octubre en Kazán. En el evento emblemático participaron 42 jefes de delegaciones de 36 países, entre ellos 24 presidentes, incluido el mandatario boliviano Luis Alberto Arce Catacora. También visitó la Cumbre el Secretario General de las Naciones Unidas Antonio, Guterres, criticado brutalmente por Kiev y sus patrocinadores por su decisión de arribar a Kazán. Sin embargo, incluso los medios occidentales no pudieron sino reconocer lo exitoso que fue el evento y el fracaso de los intentos de convertir a Rusia en un “paria internacional”.
El año saliente dio un impulso cualitativo al desarrollo de las relaciones bilaterales ruso-bolivianas. En mayo se llevó a cabo en La Paz la III Sesión de la Comisión Intergubernamental Ruso-Boliviana de Cooperación Económica y Comercial con la presencia de altos representantes de organismos públicos y empresas de los dos países. En septiembre la empresa rusa Uranium One Group y la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos firmaron con la participación del Presidente de Bolivia el contrato para construir una planta de producción de carbonato de litio en el salar de Uyuni, lo cual ayudará a Bolivia a avanzar en la industrialización de sus recursos evaporíticos. Finalmente, en noviembre, al aprovechar la invitación rusa, Bolivia se convirtió en un Estado-socio de los BRICS, algo que potenciará al país desde los puntos de vista económico y político.
El 2024 será recordado como el año de las dos visitas oficiales del Presidente Lucho Arce a Rusia. La primera —en junio a San Petersburgo— permitió abordar con Vladímir Putin los asuntos de cooperación bilateral de manera fraterna y detallada. El mandatario boliviano fue el primer Presidente latinoamericano en convertirse en un invitado de honor del Foro Económico Internacional en San Petersburgo, otro evento internacional de gran éxito celebrado en Rusia este año. Y como ya he mencionado, en octubre Luis Arce llegó a Rusia por segunda vez: estuvo en Kazán, donde, además de intervenir en la Cumbre de los BRICS, se reunió una vez más con el líder de Rusia para evaluar el estado de las relaciones bilaterales y esbozar los ulteriores pasos para garantizar su desarrollo en el futuro.
Así fue el 2024 para nuestro país. Nada fácil, pero exitoso. Desafiante, no obstante prometedor. Lo despedimos con la esperanza de poder seguir defendieno nuestros intereses nacionales en 2025, siempre respetando el derecho internacional y cumpliendo con todos los compromisos asumidos ante nuestros socios. Lo mejor está por venir. ¡Enhorabuena y próspero Año Nuevo!
Por: Dmitry Verchenko/
Embajador de Rusia en Bolivia