En estos últimos años varias personalidades del mundo aymara y quechua han desaparecido físicamente. Citamos algunos: Juan De Dios Yapita, Juana Vásquez, Félix Layme, Felipe Quispe, Genaro Flores, Roberto Choque, Germán Choque o Inka Chukiwanka, Sabina Choquetijlla, entre otros.
Lo más lamentable, a pesar de su partida, es que no todos tienen paz en su tumba. Los bienes materiales, el legado patrimonial e intelectual, han quedado o intentan ser apropiados por gente inescrupulosa y asaltantes de lo cultural. Mencionamos en su momento los casos dramáticos de Juana Vázquez y Roberto Choque. Lamentablemente estos casos no han merecido ninguna atención y consideración en distintas instancias del Gobierno nacional y departamental.
El caso de Genaro Flores parece tener ribetes similares a los de Juana y Roberto. Hace un tiempo, Jaime Vargas Condori me comentó su profunda preocupación porque el busto de homenaje a Genaro, descubierto antes del golpe de Estado de 2019, está prácticamente arrinconado, o en nuestro lenguaje popular, “está botado en un lugarcito del teleférico morado” del Faro Murillo de la ciudad de El Alto.
Pero, ¿quién fue Genaro Flores Santos? Son muy amplias las actividades desarrolladas a lo largo de su vida. Desde el sindicalismo campesino aymara, la política, lo cultural y lo educativo propios. Fue oriundo del ayllu Antipampa Qullana, de la provincia Aroma del departamento de La Paz.
Pertenece a la primera generación del “Estado del 52” que, junto con otros jóvenes, como Raimundo Tambo y Daniel Calle se rebelaron contra ese Estado y la sociedad boliviana que solo apostaba por el mestizaje societal, conformando el movimiento social anticolonial llamado katarismo e indianismo a fines de la década de 1960 y principios del 70. Mencionamos algunas de sus acciones.
Arrancando de las garras mnristas y el Pacto Militar Campesino, fundó la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) en junio de 1979. A pesar de la férrea oposición de la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB), como Juan Lechín y Filemón Escóbar, logró ingresar y ser reconocido como cabeza de la CSUTCB en el seno de la COB. Le tocó luchar contra las dictaduras militares-civiles de Hugo Banzer y Luis García Meza. En esta última acción fue baleado por los paramilitares en 1980, salvando apenas su vida. Ante la huida de las cabezas de la COB, como Lechín, Genaro Flores tomó el cargo principal de la COB haciendo resistencia a la dictadura citada.
A Genaro no solo le preocupó la vida sindical y política de los pueblos ancestrales y campesinos, sino también la educación. Su proyecto educativo de la Universidad Andina del Kollasuyo o UTAK fue difundido a principios de 1991, y coadyuvado decididamente por el economista y músico José Flores Orosco. En el libro sobre la UTAK se apuesta por una educación liberadora y desde el pensamiento de los propios pueblos ancestrales. Los celos y la discriminación de la sociedad colonial y la pesada burocracia contra los pueblos indígenas no permitieron la autorización legal ni el funcionamiento de tan interesante iniciativa. Esta fue la primera y la más importante propuesta contemporánea de educación desde el pueblo aymara y quechua.
Si alguien merece nuestro profundo respeto y homenaje por el legado anticolonial es Genaro Flores. Su apuesta fue contribuir a la construcción de la democracia intercultural, que está expresada en la Tesis Política de la CSUTCB de 1983, donde por primera vez se menciona la creación del Estado Plurinacional.
Lamentablemente el busto que simboliza a Genaro Flores Santos y las luchas del pueblo aymara, quechua, hoy está casi retirado o a punto de ser echado al basurero. Hacemos un llamado público a los dirigentes de la CSUTCB, incluso a las Bartolinas, de tomar acciones sobre esta denuncia. Alguna autoridad de una facultad de la UMSA se interesó en retirarlo del lugar citado y colocarlo en otra parte más digna, pero mientras no se actúe son meras promesas bonitas.
En tiempos del Proceso de Cambio sería interesante que alguna editorial, sobre todo la del Estado, publicara lo que se escribió acerca de Genaro Flores. Gracias a la colección del Bicentenario circula una minibiografía muy parcial suya en el libro de Javier Hurtado: El Katarismo. Pero libros de Jaime Vargas o el mío no son difundidos o no merecen ninguna reedición. Janiw akch’as walikiti. Jach’a irpiri Genaro Flores sarnaqawikapaxa, amtawinakapaxa, janiw yaqatakiti jichhurunakanxa. Arsusiñasawa ¿janicha?