La tradición colonial de la corrupción
En la Colonia prevalecía la soberbia hispana ante la población originaria, lo que daba pie a un sinfín de actos de corrupción. Esta tradición colonial poco cambió en la República.
La corrupción, desde el punto de vista ético, no es otra cosa que la práctica de saltarse reglas éticas generalmente aceptadas en una sociedad. Es un término que indica el mal uso por parte de un funcionario, de su autoridad y los derechos que se le confían para obtener oportunidades en beneficio personal, contrarios a la ley y los principios morales anteriormente enunciados.
Puede entenderse a la corrupción como “Toda forma de tomar o retener injustamente el bien ajeno, aunque no contradiga las disposiciones de la ley civil, retener deliberadamente bienes prestados u objetos perdidos, defraudar en el ejercicio del comercio, pagar salarios injustos, elevar los precios, el fraude fiscal, los trabajos mal hechos”. (Iglesia Católica, 1997: 731)
Existen varias formas de corrupción, las que abordamos en este artículo son referentes a la corrupción en la política, que incluye el abuso de poder, tráfico de influencias y otros; y la corrupción administrativa-económica-financiera. En ambos casos realizamos un análisis de la normativa vigente para frenar la corrupción.
La corrupción política
La corrupción es sin duda el fenómeno más característico de la vida política en las sociedades contemporáneas; no obstante, es preciso puntualizar que no existe un concepto universal e invariable de lo que es la corrupción, aunque en términos simples se la entienda como el abuso del poder público para obtener beneficio particular. La corrupción implica siempre la violación del interés público para favorecer el interés personal o de grupos.
El régimen político, los partidos políticos y los políticos tienen un doble discurso: atacan a la corrupción de forma reiterada en sus discursos, pero al convertirse en funcionarios públicos, por lo general, olvidan su discurso y practican lo que habían criticado.
Entre algunas de las causas para que suceda esta situación, podemos señalar: la pérdida de la conciencia social, el descuido en la educación de las nuevas generaciones (entendida como la formación total del ser humano, no solo los niveles académicos que se pueden alcanzar) y la pérdida de los valores y el respeto social e individual.
La corrupción administrativa-económica-financiera
La forma más común de la corrupción en la que incurren los funcionarios públicos y los particulares es el cohecho. A partir de cuyo análisis destacamos la naturaleza del conjunto de actos sancionados por la ley como delitos que atentan contra la función pública y la economía del Estado. El término “cohecho” se refiere a un delito que desde los romanos fue considerado como la acción o efecto de sobornar o corromper al funcionario público.
Normativa vigente para combatir la corrupción
La teoría de la jerarquía normativa, según Hans Kelsen (1995), es “la prelación de las normas que debe respetarse, para fines de sometimiento de normas de inferior alcance…” (Galindo, 2018: 126). De acuerdo con la Constitución Política del Estado, dentro de la jerarquía normativa en nuestro país, tenemos:
— Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia.
— Leyes nacionales y tratados internacionales.
— Decretos supremos nacionales.
— Las normas departamentales, regionales y municipales; según los tipos de autonomías, que tienen cualidad legislativa como ser: la autonomía departamental, municipal y la indígena originaria campesina.
*Es economista-investigadora.
El artículo completo fue publicado en la Revista de Análisis Político: Pachacuti N° 1/2021 de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia.