La “cúpula de hierro”, más la asesoría militar de EEUU y la OTAN no han sido una barrera para que la República Islámica eduque y discipline al régimen israelí por todo su comportamiento antijurídico e inhumano contra el pueblo palestino, la comunidad internacional y sus instituciones jurídicas.
Tel Aviv, confiado idílicamente en sus protectores, Washington y Bruselas, pensó que acudirían en su ayuda, cuando la realidad nos dice hoy que sin ellos el ente sionista no es absolutamente nada y que puede ser bajado de un plumazo en cualquier momento por el poder de los persas.
Y es que la entidad ocupante en Palestina, desde su fundación siempre ha recibido la ayuda y asesoría militar, económica y política por parte de sus patrocinadores, y bajo la capa de estos ha ocasionado el genocidio criminal de más de 34.200 civiles en Gaza, al momento de escribir estas líneas (26/04/2024).
Hasta el presente, fuera de la República Islámica no hubo un Estado que ponga en orden el sistema jurídico y político internacional. En tal sentido, las acciones que llevó a cabo la nación persa en aras de la legítima defensa (Carta de Naciones Unidas art. 51) han sido una señal clarísima de cómo se debe actuar cuando se viola la soberanía de un Estado.
No obstante de ello, a diferencia del carácter belicista y criminal de Tel Aviv, la legítima defensa iraní no tuvo entre sus objetivos a civiles, sino a infraestructura militar, y según Netanyahu, se interceptó un buen porcentaje de los misiles persas, cuando en los hechos la respuesta iraní ha cumplido su fin: disuadir, hacer respetar el derecho internacional y poner al desnudo que el régimen israelí será “disciplinado” cuando viole la soberanía de la República Islámica.
De ser un país bloqueado militar, política y económicamente por todo los flancos, la nación persa ha sabido durante más de 45 años —desde el triunfo de la revolución islámica (1979)— autosostenerse, lo cual le ha otorgado el título legítimo de ser el líder del Eje de la Resistencia, y pese a las asfixias y estrangulamientos, es el muro de contención no solo del terrorismo internacional como el Daesh (ISIS), sino también de algunos emiratos del golfo serviles a Washington, los mismos que hasta el presente con todo su poderío económico y militar —Organización para la Cooperación Islámica o la Liga Árabe— no han podido solucionar una cuestión humanitaria como la de Palestina que, como lo dijimos en otras columnas, es paradójico e irracional que estas monarquías que dicen ser practicantes del islam vean el sufrimiento de sus hermanos desde sus balcones de oro. ¿Acaso en Palestina más del 90% no son musulmanes?
Seguramente los enemigos de la nación persa mascullan atacar a los pueblos libres del mundo —siempre lo han hecho—, pero lo que no toman en cuenta es que Irán no solo está conformada por su Ejército y sus habitantes —más de 85 millones—; sino que este pueblo tiene una raigambre espiritual en estrecho vínculo con Dios, ello da cuenta de su verdadera fuerza. Su fe en el otro mundo supera la materialidad espuria de sus enemigos, quienes solo ven dicha y felicidad en el mundo material, eso hace diferente a este país: por ello es que cuando sus generales, sus soldados, sus científicos, etc., son martirizados, se entiende que van directamente al paraíso, liberados del mundo manchado por la criminalidad y la malicia de los que no tienen una raigambre espiritual tan marcada como la nación iraní.
Por ello, pensar en hacerlos arrodillar es un sueño fallido, ya que están al servicio de esa fuerza suprema que es Dios, esa es la esencia de este pueblo que el 13 de abril actúo para defender a los oprimidos y establecer la regencia de Dios contra los criminales y genocidas, por ende, hoy la capacidad de respuesta de este pueblo ha sido probada, más allá de los intentos propagandísticos por minimizarla, ha quedado claro y firme que el ente israelí es vulnerable, ya lo había manifestado el jefe de Estado Ali Jamenei en marzo de 2013, que si el régimen israelí cometiese cualquier desatino contra la nación persa, “la República Islámica de Irán convertiría en polvo a Haifa y Tel Aviv” (minuto 4:55 en https://www.youtube.com/watch?v=zL1QKhErEu0). En esa línea, la “Verdadera Promesa” solo fue un simple recordatorio del poder militar de los iraníes: “El malvado régimen cometió un error” y fue castigado. (A. Jamenei)
