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Sara Valentina Enriquez Moldez

El rol de la Venezuela antifascista en la multipolaridad

E l 10 y 11 de septiembre en la ciudad de Caracas se efectuó el primer Congreso Mundial en contra del fascismo, donde participaron más de 90 países con numerosas delegaciones.

Esto representó también la consagración de Venezuela como el epicentro global de la lucha contra el fascismo internacional.

Aun habiendo sufrido las 930 medidas coercitivas unilaterales impuestas por el imperio estadounidense, el ataque mediático ‑nanciado por los grandes capitales, la creación de “realidades” paralelas ‑cticias en las redes sociales, los 30 millones de ciberataques por minuto a 136 instituciones y plataformas públicas, los asesinatos a líderes y lideresas chavistas por parte del terrorismo de la derecha venezolana. A pesar de todo esto y las consecuencias que esto implicó, la República Bolivariana de Venezuela no solamente resiste, sino también responde organizando un Congreso Mundial contra el fascismo, lo que después terminó por consolidarse como la primera Internacional Antifascista de la historia.

Para entender y dimensionar el hito histórico que se vivió en la ciudad de Caracas, debemos hablar sobre el momento global que estamos viviendo. La construcción de un mundo multipolar está encaminada, pero a su vez el imperialismo y la unipolaridad están en crisis. Es en ese sentido que el imperio al estar en jaque, da sus últimos pataleos de ahogado, por eso ‑nancia genocidios, incita guerras, provoca con la OTAN a países soberanos, y ‑nancia y organiza Golpes de Estado en países del sur global.

Por lo tanto, estamos viviendo tiempos turbulentos, en palabras de Gramsci: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”, y por supuesto que aparecen monstruos como Milei en Argentina, Meloni en Italia, Vox en España, etc., pero también hay otros que siempre estuvieron en Washington y detrás de cuentas en paraísos ‑scales, o adueñándose de plataformas donde se encuentra la información de todos.

Con todo, en estos tiempos estamos viendo que los países no siempre tienen que comerciar mediante el sistema SWIFT, estamos viendo que no siempre los países tienen que usar la forma dólar, estamos viendo negociaciones con monedas propias, estamos viendo los primeros pasos hacia la multipolaridad. No obstante, a pesar de este viraje positivo del mundo, parece ser que como militancias subalternas de izquierda nos hemos olvidado disputar horizontes y regenerar esperanzas

La multipolaridad no solamente puede ser un asunto económico o comercial objetivo. La multipolaridad también tiene que ser un asunto cultural subjetivo. Por eso es necesario construir espacios y reconquistar espacios perdidos para que desde ahí podamos regenerar esperanzas y horizontes en miras de un mundo multipolar.

Ahí es donde destaca Venezuela y juega un rol fundamental. Al ser un país asediado constantemente por el imperialismo y sus ataques multidimensionales, surge desde la derecha opositora un fascismo de los más extremos. No se equivocaba Brecht al decir que un fascista es un burgués asustado, puesto que la derecha venezolana precisamente reeja la frustración y la histeria de los Estados Unidos al perder la posibilidad de dominación en la totalidad del Sur Global.

El capitalismo provoca el imperialismo, y el imperialismo provoca el fascismo. Si no entendemos a esta etapa como la cadena señalada, podemos caer en el error de desideologizar la multipolaridad. Es en Venezuela donde se visualiza con mayor claridad que la lucha por un mundo multipolar, es parte de la lucha en contra del fascismo. No son cuestiones distintas ni aisladas una de la otra. Venezuela es la que se está encargando del rol imprescindible de otorgarle contenido ideológico a la multipolaridad.


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