El día 10 de diciembre es el 76 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que representa un significativo recordatorio de la importancia de la igualdad, la justicia y la dignidad para todas las personas en todo el mundo y que este año se celebra bajo el lema: “Nuestros derechos, nuestro futuro”.
Si el Día Internacional de los Derechos Humanos simboliza la defensa de los derechos humanos y si realmente hay representantes de organizaciones de derechos humanos que actúan defendiendo los derechos del individuo y de la sociedad, entonces nos dirigimos a este mundo, en el que nos encontramos los palestinos que sufrimos bajo la pesadilla de la ocupación sionista y la violación de nuestros derechos humanos mientras la sangre del pueblo palestino está siendo derramada. La ocupación sionista mata por matar. Los crímenes de guerra de la limpieza étnica en Gaza, Cisjordania y Jerusalén han superado la imaginación. Hay personas desplazadas de sus hogares y asesinadas a sangre fría; han demolido casas e infraestructuras, asediado y privado de los derechos más básicos a la población palestina y les han negado alimentos y medicinas.
A la vista de estos hechos cabe preguntarse: ¿Dónde están los derechos humanos de los palestinos? Los derechos de los palestinos han sido violados y el mundo es consciente de las graves violaciones cometidas por el gobierno de ocupación israelí contra los derechos humanos de los palestinos. El mundo entero es consciente del peligro de las prácticas criminales de los israelíes y de los colonos ilegales contra el pueblo palestino. La narrativa de los medios israelíes fue lanzada hace setenta y seis años, antes del establecimiento del Estado de Israel en la tierra de la Palestina histórica, y durante todos estos años ha estado gritando en solitario que es el único Estado democrático en Medio Oriente; un discurso que Occidente adoptó y defendió a todos los niveles, aprovechando los medios del sistema global financiado con cifras inimaginables para su beneficio. No hay duda de que la adopción de la narrativa mediática israelí por parte de los gobiernos occidentales y a través de varios medios, ha abandonado toda neutralidad y los estándares éticos, profesionales y mediáticos conocidos, a la par que se ha adoptado una actitud de hostilidad hacia los palestinos.
A pesar de las masacres, de las guerras y de todas sus prácticas, la guerra en curso en la Franja de Gaza, clasificada como guerra de genocidio y limpieza étnica, se ha cobrado la vida de más de cincuenta mil víctimas, la mayoría de las cuales son niños y mujeres y más de cien mil heridos, miles de víctimas siguen bajo los escombros y el 85% de Gaza ha sido destruida. Nada ni nadie se ha librado del proceso diario de matanza mediante el bombardeo de viviendas, centros de acogida, escuelas, tiendas de campaña para los desplazados, hospitales y de cualquier servicio básico desde hace más de un año.
Esto lo confirma la declaración del 1 de diciembre de 2024 de Moshe Ya’alon, jefe del Estado Mayor del ejército y exministro de guerra, diciendo que Israel está llevando a cabo una limpieza étnica en la Franja de Gaza, demoliendo las casas de los residentes y desplazándolos para establecer asentamientos. Israel hoy no es un Estado democrático y su poder judicial no es independiente, está en camino de convertirse en un Estado canalla que porta ideas metafísicas. Añadió Ya’alon: “Estamos en el proceso de transición de un Estado democrático liberal, en el espíritu de la Declaración de Independencia, a una dictadura mesiánica, racista, fascista, corrupta y marginada”. Las declaraciones de Ya’alon lograron refutar la teoría de Israel de que la guerra que Israel está haciendo no es una autodefensa, sino una guerra de genocidio y limpieza étnica.
Hay órdenes de arresto contra Netanyahu emitidas por la Corte Penal Internacional para arrestarlo a él y al despedido ministro de Guerra, Gallant, acusados de cometer crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra en Gaza, pero también deberían haberse emitido órdenes de arresto contra los ministros Smotrich y Ben Gvir, que quieren deportar al pueblo palestino, exterminarlo si pueden, o encerrarlo y aislarlo poniendo en práctica su política de apartheid. La imagen de Israel se ha asociado en todo el mundo con la imagen del genocidio, de hambre, de masacres, de los tribunales penales e internacionales, de la matanza de decenas de miles de niños y mujeres en la Franja de Gaza y Cisjordania y con la actividad de demolición y asentamientos.
En un mensaje en el 76 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Gutiérrez, advirtió sobre la terrible situación que enfrenta la realidad del mundo, cuando los derechos humanos están siendo atacados. Dijo: “Las desigualdades se están extendiendo a nivel global”. “Los conflictos se están intensificando, el derecho internacional se está ignorando deliberadamente y la tiranía autoritaria avanza mientras el espacio cívico se reduce”. El comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, dijo: “Los derechos humanos no son otorgados por los Estados, sino que pertenecen a todas las personas en todo el mundo y son inalienables e iguales para todos, interconectados e indivisibles. Estos derechos trascienden la raza, el género, la nacionalidad o las creencias y garantizan la igualdad y la dignidad inherentes para todos. Incluye derechos inherentes como el derecho a la vida estipulado en el artículo tres de la Declaración Universal de Derechos Humanos”.
La Declaración Universal de Derechos Humanos es un punto de inflexión en la historia de la humanidad, lo que significa que los Estados tienen obligaciones y deberes de respetar, proteger e implementar los derechos humanos bajo el derecho internacional.
Los dobles estándares en la aplicación de los principios de derechos humanos son una grave violación de la aplicación de los principios de derechos humanos. Cualquiera que siga el discurso político y diplomático occidental descubre que existe un claro monopolio sobre el concepto de derechos humanos. Los países del llamado “mundo libre” lideran este discurso, afirmando ser los protectores de estos valores. Sin embargo, la realidad revela una flagrante doble moral en las políticas de estos países, que han utilizado los derechos humanos como pretexto para una intervención militar y política en muchas regiones del mundo.
En nuestro contexto actual, la cuestión palestina, especialmente a la luz de los recientes acontecimientos que atraviesa la región, confirma la duplicidad y selectividad en la aplicación de estándares relacionados con los derechos humanos por parte de los países occidentales. Esta declaración viene a demostrar que el concepto de derechos humanos fue formulado como base de la hegemonía de Occidente sobre el resto de los países del mundo, como herramienta colonial e imperial y herramienta de explotación de los pueblos y de injerencia política en los asuntos internos de estos países dentro de lo que se ha dado en llamar una doble moral.
Por: Mahmoud Elalwani/
Embajador del Estado de Palestina en Bolivia
