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Miguel Clares

En otra vida

¿A quién no le ha pasado que se queda pensando en cómo hubiera sido su vida si hubiese tomado otra decisión? Nos imaginamos escenarios alternativos, caminos diferentes, oportunidades que dejamos pasar. Y al final, nos resignamos con un “será en otra vida”. Algo así ha sucedido con Bolivia en los últimos años. En cómo sería nuestro país sin evistas. ¿Se lo imaginan?

Bolivia contaría con estabilidad macroeconómica sostenible, sin la amenaza constante de bloqueos y sabotajes económicos. No tendríamos que preocuparnos por desabastecimientos provocados deliberadamente, ni por una oposición interna que se disfraza de defensora del pueblo, pero en realidad solo protege intereses oscuros.

En esa Bolivia alternativa, habría nuevas carreteras y puentes conectando zonas estratégicas para el comercio. Se habrían construido hospitales y escuelas en regiones que lo necesitan. Y lo más importante, tendríamos los recursos suficientes para hacer frente a emergencias climáticas como incendios e inundaciones. No obstante, todas esas posibilidades fueron bloqueadas en el parlamento por estos salvajes destructores.

Pero claro, en esta vida tenemos que lidiar con una realidad diferente. Aquí existen asambleístas evistas que, en lugar de legislar por el bien común, se dedican a obstruir el desarrollo del país. En esta vida, los evistas han demostrado que su único interés es mantener vivo el proyecto político de un hombre que ya no tiene cabida en el futuro de Bolivia.

En otra vida, Bolivia no tendría personajes oscuros que bloquean caminos, sabotean el crecimiento del país y se arrodillan ante un caudillo caído en desgracia. No tendríamos que ver a estos ignorantes justificar lo injustificable, defendiendo a un delincuente señalado por corrupción, narcotráfico y pedofilia.

Pero no podemos vivir de sueños. No tiene sentido lamentarnos por lo que pudo haber sido. Lo que sí podemos hacer es aprender del pasado y asegurarnos de no repetir los mismos errores. Bolivia tiene la oportunidad, en los próximos meses, de poner fin a esta pesadilla y expulsar de una vez por todas a los lacayos de Evo Morales.

Es crucial pensar en la Bolivia del futuro que queremos. Si aspiramos a un país con desarrollo, inversión y crecimiento económico, no podemos permitir que el parlamento vuelva a llenarse de los mismos traidores que han boicoteado la gobernabilidad y sumido al país en el caos.

No podemos permitir que los evistas sigan sembrando incertidumbre en el país. No podemos seguir tolerando su cinismo, su ignorancia y su falta de compromiso con Bolivia. Son un lastre que ha frenado el desarrollo del país y deben ser eliminados del panorama político de una vez por todas.

En esta vida, no tenemos otra opción: hay que extirpar este tumor antes de que siga contaminando el futuro del país. Porque Bolivia merece mucho más que este grupo de traidores que le han dado la espalda a su gente. Es hora de despertar y asegurarnos de que, en esta vida, los evistas sean solo un feo recuerdo del pasado.

Por: Miguel Clares/

Economista


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