En la historia de México destacan numerosas figuras femeninas cuyo legado ha contribuido al avance de la sociedad y la promoción de los derechos fundamentales, muchas de ellas invisibilizadas y olvidadas.
El próximo año la izquierda mexicana se convertirá en la única fuerza progresista de América Latina en ser gobernada por mujeres en el país y en la capital.
Se habla con fuerza de tiempo de mujeres. ¿Pero qué significa esta afirmación?, ¿es únicamente necesario que mujeres lleguen a espacios de toma de decisiones y ejercicio del poder?
No, es mucho más, es reconocer las luchas por los derechos de las mujeres, el incansable activismo y la participación en diversos movimientos, que llevaron a la conquista de las transformaciones en el país.
Como la Revolución mexicana, que estalló en 1910, y marcó un periodo de agitación social y cambios políticos profundos en México. Donde muchas mujeres fueron claves para el proceso revolucionario como Leandra Becerra Lumbreras, quien se unió como enfermera; Carmen Serdán, quien jugó un papel crucial en la preparación y organización del levantamiento armado en Puebla en 1910; Amelia Robles Ávila, conocida por ser la primera mujer transgénero documentada en la historia de México, quien participó en la Revolución mexicana (se unió a las fuerzas revolucionarias vestida de hombre y participó activamente en combates; después de la Revolución continuó desafiando las normas de género al mantener su identidad); Nellie, escritora, bailarina y enfermera conocida por su obra Cartucho, un testimonio literario que retrata la vida de las mujeres durante el conflicto armado; Magdalena Solís, una figura rebelde que lideró un grupo conocido como “los adoradores de la sangre” durante la década de 1960, pero sus actividades también se entrelazaron con la Revolución mexicana; o Elvira Carrillo Puerto, quien participó activamente en el movimiento revolucionario.
Elvira Carrillo Puerto se convirtió en una destacada feminista y defensora de los derechos de las mujeres en un momento en que la palabra “feminismo” ya era controversial en muchos círculos. Fundó la Liga Rita Cetina Gutiérrez, una organización feminista que abogaba por el sufragio femenino, la igualdad salarial y el acceso a la educación para las mujeres. Entendía que la verdadera emancipación de las mujeres no solo implicaba cambios legales, sino también transformaciones culturales y sociales.
Uno de los hitos más significativos en la carrera de Carrillo Puerto fue su lucha por el sufragio femenino. En 1923, Yucatán se convirtió en el primer estado mexicano en otorgar el derecho al voto a las mujeres. Elvira desempeñó un papel crucial en este logro histórico, trabajando incansablemente para persuadir a legisladores y ciudadanos de la importancia de la participación política de las mujeres. Su visión trascendía las fronteras de Yucatán, influyendo en el movimiento feminista a nivel nacional.
Hoy, en la IV Transformación, hablar de tiempo de mujeres es reconocer los liderazgos femeninos, darles voz, incluir las agendas de cuidados, de no violencias, de redistribución de la riqueza y justicia social para las mujeres. Transformaciones sociales y culturales indispensables para la sociedad de todas y todos.
*Asambleísta ecuatoriana.
