“La historia suele ser injusta cuando a los hombres, a las figuras, a los líderes, a los jefes les atribuyen demasiada importancia, les atribuyen demasiado mérito y, prácticamente, no recuerdan para nada a los millones o cientos de millones o decenas de miles o miles de hombres que hicieron posible lo que encumbró a alguien ante los demás ante la opinión pública nacional e internacional” , señalaba comandante Fidel Castro en el texto llamado Un grano de maíz en conversación con Tomás Borge.
Dicho pensamiento debe llamar a la reflexión a ese grupo de personas que nubladas bajo un fanatismo, que no mide las consecuencias de desgastar a un sector social (campesinos del trópico) en Cochabamba, permite que el fascismo asome nuevamente la cabeza, colocando como falsa bandera temas de coyuntura, cuando el trasfondo (que todos los sabemos) es electoral y de evasión de investigaciones penales, aspectos que no corresponden al Gobierno central atenderlos. Es posterior al desgaste el poco reconocimiento a esas bases que al finalizar el ampliado en Lauca Ñ la valoración de la movilización expresada en los discursos de quienes hablaron en plenaria denotaban un cansancio, desmoralización y de reclamo, a lo cual, como cereza de la torta, concluyó con la alocución del expresidente Morales regañando a sus propios movilizados (para defenderlo) por pedir recursos para poder comer y lugar donde dormir , aspecto que sería notable y rescatable, si en un acto de abnegación, el expresidente hubiera con el ejemplo cumplido con dichos preceptos en todas las ocasiones en las cuales se llevaron adelante medidas de presión.
Lamentablemente, el mismo Evo es víctima de la boca y actos de Evo, reniega de los viáticos, reniega de que le pidan cama donde dormir y descansar, cuando el no asiste al bloqueo, cuando en la marcha asiste en carros de lujo o cuando viaja en aviones privados (ni siquiera en vuelos comerciales).
La desmoralización y la poca o nula repercusión nacional de su bloqueo y cansancio de las bases (incluso en el trópico, ya que sino, no habría reclamos ) se reduce nuevamente a algo que planteaba el mismo comandante Fidel Castro: “El Ejemplo crea virtudes, crea espíritu revolucionario” por tanto si no hay ejemplo, tanto del fanático, del líder, la consigna de lucha nace muerta y por ende la movilización en sí, el desconocimiento y poco o nulo reconocimiento de la lucha histórica de quienes lo pusieron como líder, la ausencia de ejemplo y sobre todo autocrítica es el resultado de ese líder, que por ambición de poder termina destruyéndose a sí mismo ante sus bases, no por un gobierno, sino por sus actos y sus palabras.
Por: Gabriel Campero Nava/