Los golpistas conocidos, en el cabildo político, no vinculante, sin valor legal, ni avalado por las autoridades electorales, realizado en Santa Cruz el 25/1/2023, atribuyéndose los derechos del pueblo ilegalmente, aprobaron varias estupideces, entre ellas: “5. Exigir Ley de amnistía en un plazo de 30 días para la liberación de Luis Fernando Camacho y de todos los presos políticos de Bolivia”, y “5.1. Impulsar activamente un proceso constitucional para revocar el mandato al presidente Luis Arce a partir de mayo próximo, por constituir su gobierno un régimen dictatorial y antidemocrático”; publicitándolo —sin ruborizarse— por todos los medios a su alcance, ignorando que fracasarían más temprano que tarde.
La amenaza de la “Ley de amnistía”, esgrimida insistentemente por los golpistas, fracasó rotundamente; porque amnistía es el “Olvido legal de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores” (RAE), pero los golpistas dicen no haber cometido ningún delito —es decir, no son autores—, consiguientemente, no pueden amenazar con ninguna amnistía; por ello, la “Ley de amnistía” ni siquiera fue proyectada en el plazo de 30 días, por ningún senador ni diputado correligionario o amigo de los golpistas, menos presentada hasta el presente, al parecer porque no saben cómo redactarla ni dónde presentarla, si en la Cámara de Diputados o en la Cámara de Senadores, porque no leen la Constitución Política del Estado; y los 200 supuestos “presos políticos” siguen detenidos, entre ellos el principal golpista Luis Fernando Camacho —entre otros—, porque tal “Ley de amnistía” fue una estúpida idea rayana en el cretinismo, pues el mundo entero sabe que en Bolivia no hay presos políticos en las cárceles, sino delincuentes comunes.
La amenaza del proceso revocatorio también fracasó, porque la mayoría de los golpistas no estaban de acuerdo antes de lanzarse la amenaza y aprobarse en dicho cabildo, por su imposibilidad, por ser antidemocrática, porque constituiría un suicidio político irremediable, y porque los 206 votos que eligieron a Fernando Larach presidente del Comité Cívico de Santa Cruz no sirven para revocar a nadie, y el Comité Interinstitucional es ilegítimo porque no representa a nadie.
Hasta el presente, los golpistas no realizaron ningún procedimiento legal conforme a la Constitución Política del Estado y la Ley del Régimen Electoral para el revocatorio referido, solo están averiguando los requisitos; realidad que demuestra que dicho revocatorio fue una idea estúpida que no saben cómo, por qué, ni para qué realizar, pero ya saben que el referido “cabildo” y los otros son ilegales, y no valen para nada, porque no son vinculantes por imperio del Art. 11.1 de la CPE y 35 de la Ley del Régimen Electoral, solo sirven para mentir, desinformar y lanzar nuevos conflictos políticos, para desestabilizar y dar un nuevo golpe de Estado, atribuyéndose los derechos del pueblo.
Si tenemos presente que ahora los curas están preocupados por encubrirse por las denuncias de pedofilia y ya no quieren meterse en la vida política; se puede ver que ambas amenazas fracasaron, pese a sus campañas de desinformación, miedo y terror, y salió ganando el Gobierno constitucional y legítimo de Luis Arce Catacora y el pueblo boliviano; porque los golpistas son incapaces de darse cuenta de que el 95% de los bolivianos, entre ellos sus propios correligionarios, ya no les creen y quieren cambiar a la clase política de la derecha fascista, por ello, se puede decir que los golpistas “fueron por lana y salieron trasquilados”, aunque ellos parecen decir: “Un fracaso más qué importa”.
En conclusión, nadie puede dudar del fracaso de la “Ley de amnistía” y del “proceso revocatorio” alardeado por los golpistas para quedar impunes —como ocurrió con sus demás amenazas—; pero vuelven a amenazar con nuevos conflictos sociales basados en la mentira, la desinformación y la soberbia rayana en el cretinismo, como lo hicieron oponiéndose al proyecto de la Ley 280 de Fortalecimiento a la Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas, al parecer —según las investigaciones— porque los golpistas son socios principales del Banco Fassil, intervenido por hechos de corrupción increíbles, sobre los cuales los golpistas no dicen nada, porque pareciera que creen que: “Fracasar no es morir, es volver a empezar”.