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Mahmoud Elalwani

Humanidad no figura en el diccionario israelí

El pasado jueves 2 de enero de 2025, ocho diputados del llamado Comité de Asuntos Exteriores y Seguridad del parlamento israelí “La Knesset” mandaron una carta al ministro del Ejército de Ocupación israelí, Yisrael Katz, exigiendo que reconsiderara que después de asediar el norte de la Franja de Gaza y del desplazamiento de sus residentes hacia el sur.

El ejército debe destruir las fuentes de energía, alimentos y agua en el norte de Gaza y se debe matar a cualquiera que se mueva en dicha zona sin levantar una bandera blanca. Consideraron “no estar implementado de manera apropiada” el plan efectuado por el ejército de ocupación para desplazar a los residentes del norte de la Franja de Gaza hacia el sur y añadieron que esto no debe hacerse sólo en el norte de la Franja de Gaza, sino también en cualquier otra región de la franja, afirmando que las operaciones del ejército de ocupación “no permiten el logro de los objetivos de guerra establecidos por el nivel político” de acuerdo a los planes de guerra establecidos en un principio. 

Netanyahu y su gobierno sionista continuaron cometiendo una guerra de exterminio con su maquinaria de genocidio contra palestinos inocentes en Gaza exterminando a 46.006 palestinos e hiriendo a más de 109.378 en 462 días de la actual guerra en Gaza. La máquina de matar ha destruido la santidad y ha violado la soberanía de los Estados, no sólo se ha circunscrito a Gaza, sino que se ha ampliado a Cisjordania y a la ciudad de Jerusalén ocupada, además el ejército sionista ha incrementado sus operaciones militares para invadir el Líbano y para librar otra guerra contra Siria y contra Yemen.

Desde el comienzo de la guerra, los israelíes han sido muy conscientes de que Netanyahu no está interesado en un acuerdo de intercambio o en la liberación de los detenidos. En realidad, Netanyahu continúa con la guerra sacrificando sus vidas para lograr sus objetivos partidistas y personales. Israel no reconoce sus verdaderas intenciones basadas en la ocupación y en la matanza de seres humanos y las justifica con el discurso del odio y como respuesta al asesinato.

El gobierno israelí y su ejército han detenido a más de 12.000 palestinos obligándolos a quitarse la ropa bajo el frío y en condiciones duras y difíciles, interrogándolos con extrema crueldad y, consecuentemente, llevando a la muerte de decenas de ellos sin tener en cuenta ninguna condición humanitaria, privándolos de sus derechos más básicos a medicinas, agua y alimentos e impidiendo que los abogados se reúnan con ellos o conozcan sus condiciones de detención.

La cuestión de los prisioneros palestinos que sufren tanto como resultado de las duras condiciones que les impone la administración penitenciaria israelí es una de las cuestiones importantes en esta feroz guerra. Los prisioneros palestinos tienen derecho a recuperar su libertad y su dignidad. Todos los pueblos del mundo y las organizaciones humanitarias y de derechos humanos deben trabajar y ejercer una fuerte presión sobre Israel para detener el sufrimiento y la tragedia humana de los prisioneros. Israel debe darse cuenta de que todos sus detenidos serían liberados solo con que detenga la guerra de genocidio y se retire de la Franja de Gaza.

Durante el año 2024 hemos asistido a la pérdida de los valores éticos, la moral, la lógica y la razón. La lucha de los defensores de la libertad, de los derechos humanos y del respeto al derecho y a los acuerdos internacionales ha sido convertida por los sionistas en una farsa al burlarse de las decisiones del Consejo de Seguridad, de la Corte Internacional de Justicia y de la Corte Penal Internacional, incluso después y a pesar de acusar a Netanyahu y a su gobierno de cometer una guerra de genocidio y de emitir dos órdenes de arresto contra Netanyahu y su ministro de defensa despedido. Pero lo que ha sido más doloroso es el papel limitado de la Comunidad Internacional y su incapacidad para disuadir a Israel de este despropósito contra Gaza, Jerusalén, Cisjordania, Líbano, Siria y Yemen.

Humanidad significa sensibilidad, significa dar valor a la vida con dignidad y libertad, sin discriminación por razones religiosas, morales y sociales. Parece que Israel no ha comprendido esta realidad, ni su importancia, ni su impacto. Israel insiste en profundizar el tribalismo y el racismo, continúa violando los derechos básicos de la vida y los derechos humanos recogidos por todas las leyes y religiones divinas. Israel aboga por destruir, matar, aumentar el sufrimiento y restar valor a la dignidad humana.

Por: Mahmoud Elalwani/

Embajador del Estado de Palestina en Bolivia


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