La política de desestabilización regional y la doctrina de destrucción masiva en Medio Oriente es sin lugar a dudas la estrategia del régimen israelí en estos momentos, por su frustración e impotencia de querer aniquilar al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), frente a la firmeza de los residentes en la Franja de Gaza y ante la sólida voluntad de los combatientes del Frente de Resistencia, quienes se encuentran firmes en sus convicciones con la mira hacia la liberación de su pueblo y atentos ante las amenazas de la entidad ocupante de querer llevar una confrontación con la República Islámica de Irán.
El 1 de abril de esta gestión, aviones de guerra israelíes bombardearon la sección consular de la Embajada Iraní en Damasco, donde resultaron asesinados siete miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), entre ellos el comandante de la Fuerza Quds en Líbano y Siria, el general de brigada Mohamad Reza Zahedi, el también general de brigada Mohamadhadi Hayi Rahimi, así como los asesores militares Hosein Amanolahi, Mehdi Yalalati, Mohsen Sedaqat, Ali Aqababai y Ali Salehi Ruzbahani.
Martirios que fueron condenados no solo por países del Eje de la Resistencia, sino también por aquellos que hoy siguen sancionados y bloqueados por EEUU, como Venezuela, Cuba, Nicaragua, Rusia y otros, ataque que constituye una grave violación de las convenciones y normas internacionales que garantizan la protección e inmunidad de las sedes diplomáticas y su personal, y la prohibición de cualquier ataque contra ellas, incluidas las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares, y la Convención para Prevenir y Sancionar Delitos contra Personas Internacionalmente Protegidas.
El régimen israelí constantemente irrespeta e incumple el derecho internacional, por ejemplo atacando a territorio iraní. En esa línea, en diciembre de 2023, Tel Aviv atacó un edificio en el barrio Zainabiyah de Damasco y mató a Seyed Rezi Mousavi, uno de los principales líderes de la Guardia Revolucionaria en Siria; mostrando así su carácter despiadado y arrogante, que es apoyado por Estados Unidos, así como el asesinato del comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Qasem Soleimani, en Bagdad en 2020, el que fue ordenado por el entonces presidente estadounidense, Donald Trump.
El régimen israelí, bajo la capa de EEUU, desde hace más de una década viene asesinando a científicos iraníes. Los agentes de la Mossad fueron los ejecutores de varios asesinatos, entre ellos Mohsen Fajrzade, uno de los científicos nucleares más importantes que tenía Irán, fue jefe de la Organización de Investigación e Innovación del Ministerio de Defensa; además llevó a cabo diferentes sabotajes, complots, ataques al Centro de Investigación Espacial de Irán y otras instalaciones nucleares, los cuales fueron frustrados.
No cabe duda que tras el historial de ataques contra Irán, en su política de ‘campaña entre guerras’ para disuadir y destruir las amenazas emergentes a su seguridad, ahora ante la falta de capacidad para desmantelar a Hamás, tras la Tormenta Al Aqsa junto con las acciones del Eje de la Resistencia, ha obligado al régimen de Israel a intensificar su campaña de desestabilización regional pretendiendo llevar un conflicto entre EEUU e Irán, e incluso hasta una tercera guerra mundial, pues su primer ministro, Benjamín Netanyahu, necesita de la guerra para subsistir porque se convirtió en un agente de destrucción no solo para Israel, sino para el mundo entero.
Ya hemos visto su política de destrucción masiva en el genocidio perpetrado contra la Franja de Gaza, que lleva un saldo de más de 34 mil palestinos muertos, de los cuales más de la mitad son mujeres y niños, amenazando incluso con invadir Rafah en cualquier momento.
Hoy los movimientos de resistencia tienen un deber enorme para salvaguardar la vida, la soberanía y el respeto a las normas internacionales cuyo fin es el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo frente al poder hegemónico de los ‘poderosos’. Estos hombres y mujeres tienen bajo su consigna el enarbolar la bandera de la lucha contra todo tipo de tiranía a favor de los oprimidos del mundo, quienes se enfrentan con piedras para contrarrestar los misiles y toda la fuerza de EEUU, la OTAN y sus gendarmes obsecuentes en Medio Oriente.