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Gabriel Campero Nava

La importancia de la estructura partidaria

Previo al anuncio oficial de candidaturas habilitadas, algo que resalta dentro de las planchas que presentan los diferentes partidos y más aún posterior a la encuesta de Unitel en la cual la supuesta “alternativa de izquierda” en tercer lugar, se vislumbra una persona de quien hasta la fecha no se sabe si tiene sigla, si tiene plancha (propia, no impuesta) e, incluso, si tiene vicepresidente (que le agrade a él). Todo esto  manda un mensaje fuerte y profundo sobre el riesgo de “este” producto de marketing (no sabemos si creado voluntariamente o por accidente) patrocinado por algunos “analistas e intelectuales”, pero que esta apuesta tiene serios riesgos, es algo real y los planteamos a continuación:

Este candidato no tiene una estructura partidaria y recientemente se quedó sin una estructura sindical, esto es muy delicado, ya que un grupo de personas desorganizadas solo deja espacio al caos y, por ende, no permite toma de decisiones consensuadas basada en coordinación conjunta con bases y una línea ideológica.

Esta creación es algo como una estrella de “rock” o de “cine”, que no tiene un “club de fans organizado” y que coyunturalmente se presenta y atrae, pero no tiene la capacidad de sostenerse en el tiempo. Esto da paso a que aparezcan los oportunistas, quienes únicamente por ser alguien de “moda” (ya que propuestas, participación activa social y opiniones con soluciones claras no se ha visto) le ofrecerán el patrocinio (sea de carácter económico, la SIGLA, militantes organizados o estructura organizacional bajo un gobierno, subnacional, etc.) pero toda esta “oferta solidaria” será a cambio de insertar a los afines del patrocinador en la plancha (ya que no tienes estructura partidaria, te tocará aguantarte y aceptar). Esto en el discurso y la narrativa lo camuflan bajo una falsa bandera de “unidad” de un “bloque popular” cuando en realidad es simplemente una agrupación de personas (unas que viajan a EUA a definir el futuro de Bolivia y otras que sin escrúpulos pueden unirse con exdictadores y asesinos para llegar al poder) que tienen intereses individuales e importados.

Es así que esa decisión de haberse apartado del MAS IPSP no pasará factura al corto plazo, sino en el futuro e hipotético caso de que llegue al poder, cuando ya los intereses y la forma de guiar al país no sean del agrado del patrocinador, que ya tiene afines estructurados en la asamblea, procederá a generar inestabilidad e ingobernabilidad, como lo hace actualmente el evismo desde estos últimos tres años al gobierno del presidente Arce.

Pero acá hay una diferencia importante y es que, Evo Morales (nos guste o no) construyó plancha de movilización y estructura, a raíz de una acumulación histórica y que la misma era disputada con su exheredero (ahora candidato), quien después de alejarse de Morales en la actualidad se quedó incluso sin sindicato,  además de estar fuertemente amenazado por quienes otrora fueran su sector de apoyo.

Este joven “rock star” que sin mucho mérito se elevó en las encuestas y es corresponsable del deterioro de la situación actual económica y social, se las verá muy duras en un futuro, ya que el tema de no tener estructura de respaldo y estar pactando con gente que viene de EUA y que tiene nefastos antecedentes en cuanto a sus alianzas con la derecha develarán que simplemente fue usado por viejos actores políticos, por únicamente gloria efímera. 

Nadie, dirigente o “dueño” de un partido quien tenga la “sartén por el mango” someterá en su totalidad otorgar espacios y poder por una persona que es novel en política y que apenas se le ha escuchado unos cuantos esbozos de ideas, las cuales cambian acorde a la persona con la que se reúne.

La estructura y el rol del partido son muy importantes en cuanto al desarrollo no únicamente de campañas electorales, sino en el ámbito de la gobernabilidad, representatividad y más aún la generación de nuevos cuadros políticos e impulso de renovación. Lamentablemente, esa reducción del sujeto histórico de algunos “intelectuales” a determinados grupos que son de su simpatía con base en una realidad que no corresponde a la actual desencadenó en el riesgo actual del retorno de la derecha por las urnas.

Por: Gabriel Campero Nava/


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