Las recientes sanciones contra la Corte Penal Internacional (CPI) por parte de Donald Trump, (congelamiento de activos y prohibiciones de viajes hacia EEUU) denotan claramente el uso y abuso de las instituciones internacionales, siendo esta una prueba contundente de que la administración de la justicia a nivel internacional es un “cacahuate”, paradójicamente, EEUU fue uno de los signatarios del Estatuto de Roma y la creación de la Corte Penal Internacional, el que hoy no tiene sentido de ser frente al genocidio de más de 54.700 palestinos y un territorio pulverizado; sin hospitales, colegios ni refugios seguros.
Las investigaciones contra Israel por parte de las juezas Alapini-Gansou y Hohler quienes, participaron en la emisión de órdenes de arresto contra Benjamín Netanyahu y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra en Palestina; así como las juezas Ibáñez Carranza y Bossa, que estuvieron involucradas en casos relacionados con presuntos crímenes de guerra cometidos por tropas estadounidenses en Afganistán, han sido los motivos por los cuales EEUU ha sancionado a la CPI.
El principal enemigo de los pueblos no solo es Trump sino el famoso Deep State, estructuras que están enraizadas tan profundamente, que ni siquiera Trump y su escudero Elon Musk han podido desmantelarla, por el cual la panoplia imperialista aun es inquebrantable.
La sociedad internacional debería estar preocupada, pues no se trata de ser fanático, “zurdo”, o “antisemita”, estamos hablando de la defensa de vidas humanas, quienes inermes, no tienen esperanza de nada en el mundo terrenal. Debería preocuparnos, ya que solo imaginemos que Bolivia o Cuba sean agredidos por una potencia: ¿Acaso podrían acudir ante un tribunal internacional?
Las sanciones contra la CPI, no solo son de ahora, ya la ex Fiscal Fatou Bensouda entre 2012 y 2021, fue intimidada y amenazada por Israel sobre los posibles crímenes en los territorios ocupados en Palestina, a tal grado, que el en su entonces director del Mossad (agencia de inteligencia israelí) Yossi Cohen, mediante una operación encubierta, presionó para que esta no avance en la investigación por los delitos cometidos contra Palestina.
Entre las amenazas, Cohen le dijo la fiscal de CPI: “Deberías ayudarnos y dejarnos cuidarte. No quieres meterte en cosas que podrían comprometer tu seguridad o la de tu familia”, quien también le mostró fotos de su esposo cuando estuvo de viaje al Reino Unido.
El 2019, el entonces presidente Trump revocó la visa de la Fiscal Bensouda, así como el 2020 le impuso sanciones financieras, congelando sus activos y prohibiendo transar con los funcionarios de la CPI. Estas presiones y boicot —como ahora con el actual Fiscal Karim Khan— están directamente ligados con la cuestión Palestina por el caso que se abrió el año 2015, el cual trató los crímenes en Gaza Cisjordania y Jerusalén Este.
En esa línea, las órdenes de detención por parte de la Corte Internacional de Justicia contra Benjamín Netanyahu nunca serán cumplidas, por ejemplo, siendo Hungría firmante del Estatuto de Roma, al haber invitado a “Bibi”, rompió el Estatuto de la CPI, aun sabiendo que Netanyahu tiene una orden de captura, en ese entonces Viktor Orbán, dijo que la CPI es un “tribunal político” y que la orden contra Netanyahu era “descarada y cínica”…
Bajo esta premisa: ¿cómo puede el pueblo palestino hacer prevalecer su derecho a la existencia?
Quizás quien conteste esta pregunta, le dará razón a la Resistencia Palestina, que hoy lucha con piedras y palos frente a la actitud proterva de Benjamín Netanyahu y la entidad sionista, quién definitivamente no quiere la paz, sino ocupar de forma definitiva los territorios palestinos que hoy prácticamente son escombros.
La limpieza étnica desde hace más de 77 años a junio de 2025, es inminente, en esta última agresión desde el 7 de octubre de 2023, ya van más de 54.700 palestinos asesinados y un territorio destruido en un 90%, sin hospitales ni olivos, frente a la inacción —hipocresía— de las organizaciones internacionales que son solo una ficha en el juego de las grandes potencias como EEUU, Inglaterra o Francia, demostrándose por enésima vez que la Corte Penal Internacional de Justicia es un “florero” de las élites que controlan a la humanidad.
Por: Roberto Chambi Calle/