Después de subir seis posiciones en el Índice de Desarrollo Humano, Brasil tiene nuevas buenas noticias.
El ingreso mensual promedio de los trabajadores en Brasil alcanzó R$ 3.057 en 2024, el valor más alto desde el inicio de la serie histórica de la PNAD Continua, del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que comenzó en 2012. El número supera el antiguo pico de R$ 2.974, registrado en 2014.
En un informe de este jueves (8), el 66% de los brasileños (143,4 millones de personas) tenían algún tipo de ingreso el año pasado, la proporción más alta jamás observada. El factor principal detrás del aumento de los ingresos fue el dinamismo del mercado laboral. El número de personas con ingresos procedentes del trabajo regular alcanzó los 101,9 millones, también un récord.
El proceso de crecimiento de la tasa de empleo elevó el ingreso real promedio del trabajo a R$ 3.225, con un crecimiento del 3,7% en comparación con 2023. Los ingresos de otras fuentes, como pensiones, alquiler y programas sociales, se mantuvieron en R$ 1.915, una ligera caída del 0,1%. Entre los brasileños con algún ingreso: el 47% lo recibió a través del trabajo; 13,5% por jubilación o pensión; 9,2% para programas sociales. El índice de Gini, que mide la desigualdad del ingreso (cuanto más cerca de 1, mayor es la desigualdad), cayó a 0,506, el nivel más bajo desde 2012.
Un hecho que refuerza la integración sudamericana es que Brasil está en conversaciones con China para construir una ruta de conexión entre los océanos Pacífico y Atlántico, que partirá del puerto de Chancay, en Perú, y recorrerá territorio brasileño hasta la costa de Bahía, informó este viernes la ministra de Planificación y Presupuesto, Simone Tebet. En declaraciones a la prensa brasileña, Tebet dijo que la conversación está en el nivel técnico y que un emprendimiento de ese tipo podría tardar entre cinco y ocho años para entrar en funcionamiento.
“La idea es crear una ruta desde abajo, pasando por la región de Acre, bajando, posiblemente pasando por Tocantins y llegando a Bahía”, dijo.
El proyecto pretende que el llamado Corredor Bioceánico se conecte a la Ferroviaria de Integración Oeste-Este (Fiol), llegando al puerto de Ilhéus. En su planteamiento, la ministra explicó que el proyecto sería una alternativa a una ruta que ya están en construcción los gobiernos de Brasil y Perú, que transportará productos a través de carreteras e hidrovías. El ferrocarril no es un impedimento para esta ruta, que comenzará a operar este año. Pero será algo extraordinario en términos de desarrollo económico para el interior de Brasil, para las regiones más pobres. El ferrocarril es más sostenible, más seguro y más económico, afirmó.
Las obras estructurales permiten la integración de los sudamericanos, así como una mejor circulación de insumos, bienes y máquinas para el proceso de industrialización. Es un proceso que, aunque laborioso, genera ganancias económicas, equilibrio e interacción política y valorización de la sociedad latinoamericana. En definitiva, es un sector pilar de la integración continental.
Por: Tulio Ribeiro/