El reciente anuncio del levantamiento temporal de cuatro medidas unilaterales (de más de 900) impuestas a Venezuela por parte del gobierno estadounidense marca un hito importante en las relaciones internacionales y en la economía venezolana. Este cambio de política, resultado de intensas negociaciones y diálogos, representa un paso significativo hacia la normalización de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos.
El presidente Nicolás Maduro ha calificado este acontecimiento como una “victoria para la Patria” y una “victoria de la resistencia heroica del pueblo venezolano”. Estas palabras reflejan la lucha de nuestro país, que ha estado lidiando con las consecuencias de las agresiones económicas durante varios años, cuyo costo supera los 225 mil millones de dólares, según los datos aportados por el Jefe de Estado en enero de 2023.
Las licencias emitidas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos permitirán a Venezuela reanudar una serie de actividades económicas clave, incluyendo la producción y comercialización de petróleo y gas, la minería y explotación de oro, y las operaciones de la línea aérea Conviasa. Estas medidas podrían tener un impacto significativo en la economía venezolana, permitiendo al país acceder a mercados internacionales, atraer inversiones extranjeras y generar ingresos muy necesarios. Sin embargo, como este es un levantamiento temporal, nuestra nación sigue exigiendo el levantamiento total y permanente de las medidas contra el pueblo venezolano, un llamado al que se han sumado varios líderes de América Latina y del mundo.
En el marco de esta ventana en las relaciones internacionales entre Venezuela y Estados Unidos, se ha permitido el regreso de venezolanos desde el país del norte a través del revolucionario Plan Vuelta a la Patria, operado por Conviasa. En las primeras horas, se ha permitido que 126 venezolanos regresen al país. Ciudadanos que al llegar han narrado a la prensa el maltrato sufrido durante su tránsito y permanencia en USA.
La Diplomacia Bolivariana de Paz ha logrado un nuevo triunfo significativo al mando del presidente Nicolás Maduro Moros. Bajo su defensa activa y permanente de los valores de la República Bolivariana de Venezuela, se ha conducido un diálogo nacional e internacional cuyos resultados han sido la validación, por todos los sectores políticos nacionales e internacionales, de los principios, normas y procedimientos que se rigen por la Constitución bolivariana.
Queda claro que, en este avance diplomático, Venezuela seguirá caminando en la construcción del socialismo bolivariano, muestra de ello es el fortalecimiento del Poder Popular a través de los consejos comunales, como base de la democracia participativa venezolana. El modelo societal que construye el bolivarianismo no está en debate, el debate es cómo se restaura la cordura de los actores internacionales con respecto a Venezuela.
Las pretensiones del tutelaje exterior no han tenido éxito contra el país y será en el marco de la Constitución y las leyes de Venezuela que el diálogo entre los factores de la vida nacional seguirá avanzando. Esta victoria está claramente signada como un triunfo revolucionario de resistencia popular a todos los intentos por derrocar a la revolución bolivariana. Este acontecimiento marca un punto de inflexión en la historia contemporánea de Venezuela. Hemos podido levantar, aún temporalmente, medidas contra la nación, un hecho que nos permite avanzar hacia una nueva era de relaciones internacionales y desarrollo económico.
En medio de la victoria venezolana, es crucial recordar los desafíos que hemos superado junto al pueblo y los que aún enfrentamos: la resistencia del pueblo venezolano ha demostrado ser una fuerza formidable, capaz de resistir presiones externas e internas, sin doblegar la voluntad de lucha por la defensa de la soberanía popular.