El presidente chino, Xi Jinping, visitó Brasilia el miércoles (20) para una reunión de Estado con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para celebrar los 50 años de relaciones diplomáticas entre las dos naciones y la firma de acuerdos gubernamentales.
Xi llegó a media mañana al Palacio da Alvorada y fue escoltado por un regimiento de caballería. Lula y su esposa, Janja da Silva, dieron la bienvenida al líder chino a la residencia oficial de la presidencia brasileña, donde recibió elaborados honores estatales y vio una actuación de niños chinos y brasileños.
Luego participó en una reunión privada con Lula, seguida de una sesión ampliada con altos funcionarios de ambos países. Como se informó en octubre, Brasil decidió no unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China, citando preocupaciones sobre posibles repercusiones en su relación con Lula. Washington, en cambio, Xi y Lula firmaron un acuerdo para buscar “sinergias” entre el plan de la Franja y la Ruta y varios programas del Gobierno brasileño.
Estas incluyen iniciativas centradas en la modernización industrial, la transformación ecológica y las rutas de integración sudamericanas, estas últimas destinadas a vincular a Brasil con el megapuerto de Chancay en Perú, financiado por China. Los dos líderes anunciaron también la formación de dos grupos de trabajo dedicados a la cooperación financiera y el desarrollo productivo y sostenible. Estos grupos tendrán un período de dos meses para identificar proyectos brasileños prioritarios elegibles para financiamiento de la Franja y la Ruta.
Brasil y China firmaron un total de 37 acuerdos este miércoles (20/11), durante la visita oficial del presidente chino, Xi Jinping, a Brasilia. Los temas incluyen apertura de mercados para productos agrícolas, intercambios educativos, cooperación tecnológica en diversas áreas, comercio e inversión, infraestructura, industria, energía, minería, finanzas, comunicaciones, desarrollo sostenible, turismo, deportes, salud y cultura.
Brasil no se unió a la Nueva Ruta de la Seda, llamada Franja y Ruta, el programa de inversión chino de un billón de dólares que implica desarrollo de infraestructura e inversiones en países de Europa, Asia y África. Sólo existe un protocolo sobre “sinergias”, pero Brasil no se ha sumado plenamente a la iniciativa. China es el principal socio comercial de Brasil. Esta reunión tiene como objetivo acercar aún más a los dos países. Esta es la tercera visita de Xi Jinping a Brasil. Estuvo en territorio brasileño en 2014, durante el gobierno de Dilma, y en 2019, durante el gobierno de Bolsonaro.
En el comunicado de prensa, Lula destacó que los dos países establecerán “sinergias” entre las estrategias de desarrollo brasileñas, como el Nuevo Brasil Industria (NIB), el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), el Programa Rutas de Integración Sudamericana y el Programa de Transformación Ecológica. Plan y la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
“Para concretar las sinergias se establecerá un Grupo de Trabajo sobre Cooperación Financiera y otro sobre Desarrollo Productivo y Sostenible que deberán presentar proyectos prioritarios en un plazo de dos meses”, dijo. Xi pasó por Río de Janeiro para participar en la cumbre del G20, presidida en 2024 por Brasil, y llegó a Brasilia el martes por la tarde (19/11), fue recibido por ministros del gobierno Lula.
Los niños chinos residentes en Brasil recibieron a los jefes de Estado. También hubo una presentación musical y la interpretación de los himnos nacionales de ambos países. A la reunión ampliada celebrada esta mañana en Alvorada asistieron el vicepresidente Geraldo Alckmin y los ministros Rui Costa (Casa Civil), Fernando Haddad (Hacienda), Mauro Vieira (Relaciones Exteriores), Carlos Fávaro (Agricultura y Ganadería), Alexandre Silveira (Minas y Energía), Juscelino Filho (Comunicaciones), Luciana Santos (Ciencia y Tecnología) y Simone Tebet (Planificación y Presupuesto). También estuvieron presentes el asesor especial de la Presidencia para asuntos internacionales Celso Amorim, el presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Aloizio Mercadante, el presidente designado del Banco Central (BC), Gabriel Galípolo, y el embajador de Brasil a China, Marcos Bezerra Abbott Galvão. También siguió la agenda la expresidenta de Brasil y presidenta del Banco Brics, Dilma Rousseff.
Lula, de manera estratégica, más allá de las organizaciones en las que participan China y Brasil, busca una relación aún más directa y cercana que pueda generar mayores ganancias para Brasil y también para sus aliados en América del Sur. El brasileño quiere preferencia por las exportaciones brasileñas, y una adicional diferencia que la multipolaridad de las organizaciones puede ofrecer, en cuestión, al país y al continente. La predicción es que obtendrá más de Xi.
La Paz/AEP